sábado, 22 de diciembre de 2007

El turismo ausente y la riqueza que falta

Por Héctor Farina (*)

Los beneficios del turismo para la economía son bastante conocidos, pero, por encima de todas las bondades conocidas y reconocidas, resulta curioso que todavía no hayamos podido ponernos de acuerdo en desarrollar una política de incentivo del turismo en el Paraguay. Hay campañas esporádicas, iniciativas privadas y públicas, reuniones, eventos, giras y hasta “mesas” de negociaciones, pero el turismo sigue sin funcionar y las iniciativas buenas terminan por perderse por falta de una política que articule y oriente los esfuerzos en busca de objetivos concretos.

Se habla mucho de promover el turismo, se conocen las potencialidades del país y se sabe cuáles son los aspectos que hay que mejorar, pero todo queda en proyectos, en diagnósticos y consultorías que nos dicen lo que ya sabemos, en planes que lo único que logran es gastar dinero. Recién ahora se aprobó la compra de un radar que implicará un paso importante en la modernización del aeropuerto Silvio Pettirossi, aunque ello debe venir acompañado de una renovación íntegra que permita a la terminal aérea convertirse en una puerta de entrada segura, cómoda y económica al país.

Cuando se habló de convertir a este aeropuerto en el centro de tráfico de Sudamérica, la idea era buena, sobre todo por la ubicación estratégica del Paraguay, por el creciente tránsito aéreo y por muchas otras razones. Pero el caos propio de la falta de una política clara hizo que, en vez de aumentar, los vuelos disminuyan, que las tasas sean más caras, que menos aerolíneas aterricen en nuestro aeropuerto y que cada vez sea más complicado que los turistas vengan al país. No se ha mejorado el aeropuerto, no se bajaron los costos de operación de las aerolíneas y por ende de los pasajes, no mejoró la promoción paraguaya en el exterior y se mantienen las mismas asignaturas pendientes.

El turismo es una fuente de ingresos tan importante que no puede seguir supeditada a acciones aisladas propias de los “compartimientos estancos” ni a promesas que no se cumplen. Miren el caso de México, en donde el turismo es una de las principales fuentes de ingreso de riqueza, junto con la venta de petróleo, las remesas de los emigrados y la maquila. En ciudades como Guadalajara se tiene toda una infraestructura dispuesta para la atención de los turistas, se los trata bien y se les da facilidades porque saben que un turista es una fuente de ingresos para todos. Y saben que un turista bien atendido es la mejor promoción, porque de nada sirve hacer campañas publicitarias si al final al visitante lo llenan de problemas y no de facilidades.

Es indudable que en el país se requiere un esfuerzo articulado para promover el turismo, una iniciativa que haga que sea más fácil llegar al Paraguay, con vuelos económicos y directos, sin escalas interminables. Hace falta que se pavimenten las rutas y que se pueda recorrer el país por carreteras seguras y bien señalizadas. Esto es lo mínimo que debe hacerse de manera urgente, porque cuanto más complicado sea llegar y recorrer el territorio paraguayo, menos probabilidades tendremos de atraer a los turistas.

Un país lleno de bondades naturales y con miles de carencias económicas no puede seguir gastando dinero a la deriva sin una planificación clara y articulada que promueva el turismo. Si logramos convertir al país en un atractivo para los turistas no sólo lograremos importantes ingresos para nuestra economía, sino que tendremos la ventaja de beneficiar a mucha gente, pues a diferencia de otros rubros, el turismo tiene una enorme capacidad distributiva que no beneficia sólo a algunos sectores, sino que las ganancias alcanzan a comerciantes minoristas y pequeños productores. Es decir, con esto podríamos apuntar a dinamizar la pequeña economía, más allá de los grandes números que no alcanzan a todos.

(*) Periodista
www.vivaparaguay.com

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