sábado, 28 de abril de 2012

Reconocimiento a estudiantes y profesionales de la comunicación en el II Intercentros de Periodismo de la UdeG


Redacción Informativo del Sur de Jalisco
buzon@periodicoelsur.com
Viernes 27 de Abril del 2012

Ciudad Guzmán, Jalisco, (BI).- Con un reconocimiento a los alumnos y profesores más destacados de las licenciaturas de Periodismo del Centro Universitario de la Ciénega –CUCiénega-, así como del Centro Universitario del Sur –CUSur- y a periodistas de la región sur de Jalisco dio inicio el II Encuentro Intercentros de Periodismo en Casa del Arte.

En el acto inaugural, el maestros Alejandro Mercado, jefe del Departamento de Sociedad y Economía, del CUSur, felicitó a los jóvenes y profesores que llevan a cabo el desarrollo del encuentro en busca de fortalecer el conocimiento en la materia para los alumnos y mejorar los lazos entre los centros universitarios.

Por su parte Rosa Eugenia García, coordinadora de la carrera de Periodismo del CUSur, afirmó que es un gran esfuerzo que se hace desde la segunda universidad más importante del país, por parte de los jóvenes de ambos centros que cursa este plan de estudios en Jalisco. Asimismo resaltó que del encuentro se debe dejar una señal del interés por fortalecer la red universitaria de la máxima casa de estudios.

En este mismo acto inaugural se reconoció la trayectoria del periodista Jesús Montoya, mejor conocido por como “Picheto”, fallecido el año pasado, así como de José Luis Serrano Castañeda, director y fundador del semanario “El Travieso” que se publica en Tamazula de Gordiano y de igual forma a Francisco Rodríguez Farías, periodista de Zapotlán El Grande.

Posteriormente se efectuó el reconocimiento a los profesores de ambos centros, los cuales fueron elegidos por los alumnos tanto del CUSur como del Cuciénega; por parte del centro con sede en Ocotlán se reconoció la trayectoria de los académicos Eliseo López Cortés, Darwin Franco y Yadira Robles y de Héctor Claudio Farina, este último Coordinador de la carrera de Periodismo.

Mientras que por el CUSur los profesores reconocidos fueron Rosa Eugenia García Gómez, coordinadora de la carrera, así como el maestro Mario Eduardo Etchart Mendoza, quien fue el más ovacionado y Marcos Macías Macías.

Por último se reconocieron a 20 alumnos destacados de los dos centros universitarios regionales en cuanto a promedio y sus labores que realizan en medios informativos y dentro de la sociedad. (Texto: Aarón Estrada Espinoza)

Fuente: Informativo del Sur de Jalisco. Ver nota original aquí

domingo, 8 de abril de 2012

Qatar, de la riqueza energética al conocimiento


Por Héctor Farina Ojeda (*)

País pequeño, joven, innovador y con uno de los crecimientos económicos más impresionantes de la actualidad. Qatar, un emirato árabe, ha sabido canalizar la riqueza de su producción petrolera hacia los cimientos de una sociedad moderna, competitiva y con visión futurista. Hace apenas 40 años que goza de independencia. Tiene cerca de dos millones de habitantes y puede presumir cifras que hacen palidecer a países grandes: más de 100 mil dólares de ingreso per cápita, el doble que los estadounidenses, además de gozar de un elevado índice de desarrollo humano. Junto a Noruega y Luxemburgo, este país árabe encabeza la lista de mayor riqueza por habitante.

El principal sustento de la riqueza catarí está en el sector energético: con enormes reservas de petróleo y gas, con una tecnología de vanguardia que permite refinar el combustible en forma eficiente y rentable, y con una marcada proyección hacia el mercado internacional, ha logrado generar ingresos y, sobre todo, progreso. Pero a pesar de la gran cantidad de riqueza que se extrae de los recursos energéticos, la idea de país que tienen apunta a dejar de depender de dichos recursos y lograr un desarrollo sobre la base del capital más cotizado del tiempo que nos toca vivir: el conocimiento.

Una de las convicciones que mueve a la economía de Qatar es que la bonanza coyuntural del petróleo debe ser aprovechada al máximo, pues en algunas décadas el oro negro se habrá acabado y para entonces habrá que tener una fuente más sustentable de crecimiento. Y esa fuente la buscan en la educación: destinan el 3,3% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la educación (porcentualmente parece poco pero monetariamente es muy importante) y 2,8% a la investigación en ciencia y tecnología. Y no sólo se trata de destinar dinero a los sistemas educativos, sino que con miras a dar el gran salto en poco tiempo se concedieron enormes incentivos para que las mejores universidades estadounidenses se instalen en el país. En poco tiempo, “acercaron” una educación competitiva a sus ciudadanos, que hoy no necesitan salir de su territorio para recibir la misma formación que antes les costaba mucho dinero y pagar el precio de la emigración.

La educación para los cataríes es gratuita, en la convicción de que los resultados serán altamente beneficiosos para todos, pues lograrán posicionarse en la economía del conocimiento y depender exclusivamente de la capacidad de su gente. Qatar está en un proceso de impulso de grandes proyectos: desde “La Ciudad de la Educación”, donde convergen las mejores universidades y los estudiantes de diversos sitios del mundo, hasta el Parque de Ciencia y Tecnología para empresas tecnológicas, que es un trampolín para la innovación productiva.

El incentivo a la educación, a la investigación científica y el desarrollo de la tecnología hacen de Qatar no sólo un país rico sino que lo posicionan como uno de los referentes en materia de construcción de un futuro de progreso y riqueza.

Al mirar el ejemplo catarí no podemos dejar de sentir enojo, tristeza y acaso frustración cuando sabemos que tenemos la misma o mayor riqueza, pero los datos que representan a nuestras economías se leen en materia de pobreza, exclusión y atraso. Venezuela con el petróleo, Bolivia con el gas y Paraguay con la electricidad deberían ser naciones ricas, sin pobres y con niveles de calidad de vida del primer mundo. Pero la falta de una visión de país, el rezago educativo y el mal aprovechamiento de lo que tenemos hacen que se viva en una precariedad impropia que se ha ganado sobre la base de no tomar las decisiones correctas.

Mientras en Qatar facilitan la instalación de universidades extranjeras en su territorio, en países como Paraguay el tiempo se pierde en discusiones estériles sobre si se debe incrementar una semana de clases o si se debe capacitar a los maestros.
Mientras los cataríes buscan convertir la riqueza petrolera en riqueza intelectual, en Paraguay se vive de la pobreza de las propuestas políticas que no sólo desprecian al conocimiento sino que buscan encumbrar a los mediocres en el poder. No se habla de convertir al país en un centro de expertos en el uso de la energía eléctrica para el desarrollo, sino que se traban ideas, se ningunea al que sabe y se entorpecen las buenas iniciativas.

No hace falta reinventar la rueda ni teorizar sobre los agujeros negros para saber que con un mejor aprovechamiento de los recursos y una inversión estratégica en la educación de los nuestros podríamos dar un salto tan significativo como el que presume un pequeño emirato árabe que sabe cómo generar riqueza.

(*) Periodista y profesor universitario
Desde Guadalajara, Jalisco, México.
Correo electrónico: hecfar05@yahoo.com

Publicado en el Suplemento Estrategia, una publicación especializada en economía y negocios, del Diario La Nación, de Paraguay.

sábado, 7 de abril de 2012

Irlanda, un giro significativo


Por Héctor Farina Ojeda (*)

Contrariamente a la creencia arraigada que se tiene en América Latina de que la pobreza es un mal endémico que no sólo no se va sino que tiende a aumentar, hay casos que demuestran que tal creencia puede derrumbarse fácilmente con una buena estrategia económica. Irlanda es uno de esos ejemplos, uno de esos países que lograron dar un giro significativo en pocos años, pasando de la pobreza aguda a una riqueza floreciente que fue permeando a los diferentes sectores de la sociedad.

En la década del 50’, Irlanda tenía una economía primaria dependiente en gran medida de la producción agropecuaria. Era un país de gente que emigraba en forma masiva, en busca de las oportunidades laborales que no había en casa. Pero una serie de medidas, una buena planificación y una visión a largo plazo hicieron que la realidad cambiara, de forma que el país pobre fue quedando atrás mientras se llegaba a un estadio de generación de empleos y riqueza, de prosperidad y de progreso.

A partir de una economía proteccionista, cerrada y primaria, Irlanda inició un proceso de apertura comercial, de apuesta a la competitividad, al mejoramiento de su producción con miras al mercado internacional y al fortalecimiento de los sistemas de formación de recursos humanos. En las décadas del 60’ y el 70’, el capital humano se convirtió en el centro de las acciones de la planificación estratégica para fortalecer la economía, junto con una serie de medidas tendientes a favorecer la radicación de inversiones extranjeras. Con la estabilidad de las finanzas, la reducción de impuestos, el control de la inflación y la disponibilidad de mano de obra joven y capacitada, Irlanda comenzó a posicionarse como un buen destino para que se instalen las empresas.

Con una cultura educativa muy arraigada, con una población joven incorporada al mundo de la tecnología, con un ambiente ideal para inversiones productivas, el país dio el gran salto hacia la competitividad global. Entre 1980 y 2000, el país se convirtió en uno de los referentes en materia de crecimiento económico sostenido a tasas elevadas. Ya no era una economía agropecuaria, sino que se había industrializado, vuelto competitiva y sólida gracias a la calidad de los recursos humanos. Irlanda se convirtió en un país exportador de productos y servicios de alta tecnología, como el caso del software, y supo posicionarse como un proveedor de primer nivel en el mercado internacional.

Aunque en los últimos años la desaceleración de la zona euro y la crisis financiera que fue haciendo metástasis en los diferentes países del viejo continente afectaron notablemente el crecimiento irlandés, lo cierto es que su ejemplo de transformación sirve para ver qué medidas pueden tomar los países pobres para migrar hacia estadios más beneficiosos. Hoy Irlanda se ve en la necesidad de recurrir a préstamos externos para estabilizar sus finanzas y se encuentra en pleno proceso de reestructuración de su burocracia, con el fin de aligerar la carga al Estado. Pero, a diferencia de los países pobres que siempre viven acosados por las crisis, Irlanda tiene bases sólidas para emerger de la coyuntura adversa y retomar el ritmo de crecimiento sostenido.

La lección irlandesa tiene muchos factores que podrían servir para hacer que repensemos la actual forma de visualizar la economía en los países latinoamericanos. Desde perder el miedo a la competencia global y a los grandes mercados, hasta comprender que la educación no debe ser un mero discurso sino una política estratégica orientada a la formación de recursos humanos competitivos. Y quizás deberíamos tomar el coraje de romper con la tradición de creer que riqueza es igual a recursos naturales, o que todo puede solucionarse mediante medidas proteccionistas o filantrópicas.

Ciertamente, los latinoamericanos somos ricos en recursos naturales y tenemos grandes potenciales por explotar, pero ello no nos ha sacado de la pobreza ni nos ha vuelto equitativos en la distribución ni mucho menos autosuficientes para vencer a nuestros males. Tenemos que pasar de la dependencia de la materia prima a la competitividad en el sector terciario, en los servicios, en donde se encuentra la riqueza del mundo actual.

En poco tiempo podemos identificar las carencias que tenemos y podemos establecer un orden visionario hacia economías más competitivas, menos informales, menos proteccionistas y más relacionadas con la calidad educativa. La fórmula es de ingredientes conocidos y los resultados son buenos. Falta el paso transcendental: la aplicación.

(*) Periodista y profesor universitario
Desde Guadalajara, Jalisco, México.

Publicado en el suplemento "Estrategia", una publicación especializada en economía y negocios del Diario La Nación, de Paraguay.