viernes, 19 de febrero de 2010

En Internet el lector “es fiel a sí mismo”, explica periodista paraguayo


Héctor Farina, periodista paraguayo

ESTUDIA EN GUADALAJARA, MÉXICO

El periodista Héctor Farina, de nacionalidad paraguaya, reside desde hace tres años y medio en la ciudad de Guadalajara, México. El mismo está realizando su doctorado en la Universidad de la misma ciudad gracias a una beca obtenida mediante un convenio entre Paraguay el país mexicano con fondos de la Organización de Estados Americanos.

por Ruth Di Giovanni

Héctor enfocó su especialización de periodismo en internet detectando la fidelidad del lector hacia sí mismo. Esto significa que el usuario de un diario digital es “fiel a la noticia buscada para su beneficio” convirtiéndose él mismo en un gestor de noticias.

El periodista explicó que sus comienzos de especialización fueron en el Departamento de Estudios en Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, México.

“En ese departamento hay muchísimos académicos pero la mayoría de ellos son sociólogos, politólogos o comunicadores que no ejercieron la comunicación como tal. Entonces yo era el único periodista que había trabajado como comunicador, se les hizo muy interesante que yo llegue planteando proyectos de periodismo desde adentro y no solo podía contar la historia desde adentro sino que le podía contar la historia de un país distinto que está a diez mil kilómetros de México”, indicó el periodista sobre su vivencia en la universidad al norte de México.

Desde entonces analizó los procesos de cambios en los diarios digitales. Por ejemplo señaló que “el año pasado nadie hablaba de twitter, ahora es como lo máximo. Hace dos años lo que estaba de moda eran los blogs, hoy en día muy poca gente se acuerda de los blogs. Los blogs están quedando casi relegados y entonces es una dinámica tan intensa que a mí me pareció muy interesante estudiar cómo estaba cambiando el periodismo en línea”, explicó el periodista.

Sin embargo focalizó su maestría en el comportamiento de los lectores de periódicos on line donde encontró puntos llamativos “que muchos diarios de América Latina no alcanzan a comprender”, indicó Héctor.

Los medios de prensa escrita poseen un lector fiel, sin embargo los usuarios de diarios digitales no lo tienen. Ante eso el periodista compatriota explicó que el lector busca la noticia y no un medio de comunicación especifico.

“No es como antes que compraba el diario impreso y leía todo el contenido. Ahora simplemente busco la noticia mediante un buscador de internet”, explicó Héctor sobre la función del usuario de un portal de noticias en la red.

En relación a los diarios digitales de nuestro país destacó que los medios on line están empezando a explotar los elementos multimedia, como los videos, audios e imágenes.

“Ahora ya no tenemos que contar una historia lineal porque nuestro lector es mas fugaz, es migrante, es selectivo”, añadió Héctor sobre el estilo de escribir en los periódicos en internet.

En estos tiempos el lector desea diversas opciones para obtener una información, como enlaces, mapas, videos, audios y textos con el fin de crear un conjunto de historias por medio de dichos recursos proveídos por internet.

“Yo quiero trabajar en la universidad y en el periodismo”

Al ser consultado sobre su vuelta al Paraguay, manifestó su sentimiento de añoranza hacia nuestro país, y citando al laureado escritor Augusto Roa Bastos dijo: “el peor castigo para un paraguayo es el exilio, el techaga´u”. Pero las oportunidades de estudiar y especializarse le fueron otorgadas en el extranjero y como el mismo decía “estoy estudiando y es una oportunidad que tengo”.

Sin embargo no descarta su regreso a Asunción para enseñar y trabajar, como lo hace en ese país.
19 de Febrero de 2010 16:38

Fuente: Diario ABC Color, edición Digital. Ver nota original aquí

miércoles, 17 de febrero de 2010

Recuperar el timón de nuestra vida


Por Héctor Farina Ojeda
Desde Asunción, Paraguay

Luego de más de tres años de vivir en México, la llegada al Paraguay me enfrentó nuevamente con nuestro ambiente cansino, nuestras costumbres y muchos de los vicios que siguen vivos en el quehacer cotidiano de los paraguayos. Veo las calles llenas de baches, las unidades del transporte público envejecidas y en pésimo estado, además de que circulan con las puertas abiertas invitando a los accidentes, la basura en los arroyos, en las veredas… y sobre todo veo el andar conformista de una sociedad que no termina de sacudirse de su modorra para avanzar hacia un destino menos oprobioso y más próspero.

Y al ver a nuestra gente, humilde, sufrida y sobre todo extraordinariamente humana; al ver un país cubierto de vegetación y salpicado por las bondades de la naturaleza, no puedo dejar de preguntarme qué es lo que no estamos haciendo bien los paraguayos, para que sigamos viviendo pobres en medio de una riqueza incuestionable ¿Cuál es el paso que no sabemos o no nos atrevemos a dar para hacer del país un lugar de progreso y dejar el camino del estancamiento y el retroceso? ¿Qué es lo que cada uno de nosotros puede hacer para mejorar su condición, su entorno y la sociedad? Evidentemente, antes de intentar responder estas preguntas tenemos que cuestionarnos sobre nosotros mismos, sobre lo que somos y lo que queremos como ciudadanos y como sociedad.

Los paraguayos tenemos un país rico, pero hemos dejado que sea empobrecido por la ineptitud de nuestros gobernantes y por esa actitud resignada del que piensa que todo debe ser “así nomás luego” y por eso no se involucra, no cuestiona y no propone. El conformismo como una filosofía de vida impregnada en nuestra cultura es quizá el peor cáncer que puede tener una sociedad, ya que carcome todos los días nuestra capacidad de hacer, de construir y de proyectar una vida diferente a la que nos acostumbramos. Y cuando no creamos, no construimos y no proyectamos, quedamos a merced de las decisiones ajenas, del mundo y de los límites que construyen los demás. En un mar globalizado, turbulento y cambiante, quedar a la deriva es condenarse a la incertidumbre, a lo efímero y lo inestable.

Para recuperar el timón de nuestra vida debemos hacer un gran esfuerzo por educar y educarnos, para comprender el mundo cambiante en el que vivimos y a partir de ello proponer la forma en que debemos construir nuestra sociedad. El gran paso que debemos dar los paraguayos es volvernos una sociedad de gente preparada, crítica, y con el conocimiento necesario para saber qué es lo que debemos hacer para mejorar nuestro entorno. Y todo esto pasa por una profunda revisión de nuestra forma de construir ciudadanía, de educar a los hijos y de desarrollar nuestra capacidad personal para resolver cada uno de los problemas que se presentan en nuestra vida.

Tomar el timón de nuestra vida implica pensar más, proyectar más y edificar más con cada uno de nuestros actos, en forma constante. El proceso pasa por construir referentes, por recuperar valores y por establecer metas que debemos cumplir como individuos y como sociedad. Pero lo fundamental consiste en recuperar nuestra convicción sobre lo que somos y sobre lo que podemos construir con nuestro trabajo. Cuando cambiemos la cultura del conformismo por una actitud más proactiva, voluntariosa y de superación permanente, habremos dado el paso más importante en la búsqueda de una sociedad menos injusta y más próspera. Tenemos que hacer que nuestra capacidad se refleje en nuestros actos cotidianos, así como debemos trabajar para desarrollar dicha capacidad. Si nosotros mismos no construimos aquello que queremos, seguiremos a expensas de voluntades ajenas y de los cambios que terminan por encasillar nuestra vida sin que alcancemos a comprender el porqué.

Publicado en la revista Ecos