sábado, 24 de febrero de 2007

Paraguay fragmentado

Por Héctor Farina (*)

La República del Paraguay, esta patria que nuestros abuelos y bisabuelos, nuestros ancestros defendieron con su vida, hasta con la última gota de sangre, ahora enfrenta otros males que la amenazan y la desangran: infestada de corruptos y de dengue, golpeada por la miseria y el desempleo, por los ladrones y traidores, sufre por el dolor de la inutilidad y la indiferencia, por la mezquindad de los que se burlan de la gente y se roban las esperanzas.Mientras las autoridades, encabezadas por el “Presidente”, se deleitan y ensalzan en mítines políticos, con reuniones y banquetes para hacer “hurras” y proselitismo con recursos del pueblo, ese mismo pueblo está siendo arrasado por una enfermedad prevenible como el dengue, por la falta de medicamentos, por la falta de oportunidades laborales y por el abandono.

¿Cómo puede todo un país tolerar la grosería de que el mismo “Presidente” se llene la boca hablando de reelección cuando la gente se muere de dengue, de hambre o tiene que salir huyendo del país para poder sobrevivir? ¿Cómo no se reacciona cuando los corruptos, hurreros y ladrones de siempre hacen alardes y ostentaciones, y todavía se presentan como los “salvadores”, mientras que el país se desangra por la pobreza, las enfermedades, el hambre y el desempleo?

El Paraguay está siendo fragmentado por los corruptos, los ladrones, los invasores, la desesperanza y la miseria. Cada día hay más paraguayos que tienen que huir del país, expulsados por la falta de oportunidades, en busca de la vida digna que su propio país le niega. Muchos hijos del Paraguay hoy se refugian en cualquier lugar del mundo donde puedan trabajar y comer, donde puedan conseguir monedas para que sus familias sigan sobreviviendo. En tanto los que se quedan siguen soportando el hilo de las discusiones políticas estériles, de las mentiras de siempre, de la pobreza que no le corresponde a un país rico.

Está claro que en la medida en que los ciudadanos no reaccionen y exijan cambios concretos, el Gobierno seguirá vendiendo sus promesas como si fueran panaceas.

En la novela “El Gatopardo”, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, aparece una famosa frase que parece resumir el pensamiento de los gobernantes paraguayos: “Es necesario que todo cambie para que todo permanezca igual”. No debemos permitir que los gatopardistas sigan engañando a la gente, que los mismos de siempre se mantengan empotrados en el poder, que le vendan falacias a un pueblo ya demasiado sacrificado.

Hay que reaccionar y no dejar que el Paraguay se siga fragmentando. No podemos seguir tolerando que nuestros compatriotas mueran de dengue, que tengan que huir del país para mendigar o que tengan que vivir en la miseria y el abandono.Es hora de reaccionar, de una vez por todas, y evitar que el país se siga desangrando. Hay que recuperar nuestra patria y nuestra dignidad como paraguayos. Empecemos a crear conciencia y oportunidades, a castigar a los corruptos echándole en cara su corrupción y negándoles el apoyo. Sólo así podremos recuperar la esperanza de una vida digna y honrar la memoria de nuestros compatriotas que supieron defender la tierra paraguaya por encima de sus propias vidas.

(*) Periodista
http://www.vivaparaguay.com/

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