domingo, 1 de agosto de 2010

El perfil laboral del migrante

Por Héctor Farina Ojeda

Ciertamente, una idea lógica en economía es que el trabajador se mueve hacia donde hay oferta de trabajo, de la misma manera que quien tiene una industria, una empresa o un negocio y requiere mano de obra, busca los perfiles adecuados para contratar a sus trabajadores. Entonces, el escenario ideal parece ser aquel en el que trabajador emigra hacia donde hay ofertas de empleo, de manera que se pueda satisfacer la demanda de mano de obra que hay.

Pero ante esto surge el afán proteccionista: si los empleos son creados en un determinado país, entonces las autoridades buscan proteger esos empleos de los migrantes, de manera que sean los habitantes de ese lugar los que tengan preferencia. Esto ha llevado a endurecer las medidas migratorias, a tal punto que las personas de fuera, que intentan ingresar al mercado donde están los empleos, tienen muchas trabas legales, y cuando no se pueden cumplir con todos los requisitos, lo que ocurre es que de todas maneras se emigra al lugar donde hay empleos, pero sin tener los papeles requeridos. Así, el trabajador que busca llegar hasta donde requieren sus servicios y pueden pagarle un buen salario, al cruzar una frontera se convierte en “ilegal”.

Se trata de una situación muy conocida en México y en toda América Latina, en donde ante la incapacidad de crear suficientes empleos en nuestros países, se termina emigrando en busca de las oportunidades, de mejores salarios, de ingresos que permitan mejorar las condiciones de vida. Pero, en países desarrollados no es fácil conseguir buenos empleos: a las medidas de restricción de la migración, se suma la protección de los mejores empleos para los nacionales, y los puestos que se ofertan, por lo general, no son los que tienen los salarios más altos. Y en este contexto, algo fundamental es el perfil laboral de los migrantes: ¿qué tipo de preparación tienen y qué capacidad profesional de producir tienen?

Este es un aspecto fundamental que debemos analizar si pensamos en la migración. Y en este caso, retomamos algunos datos del libro “Cuéntame una de braceros”, del Dr. Cándido González, quien dice:

“El promedio de los mexicanos trabaja en actividades que requieren de trabajo no calificado y además cuentan con el nivel más bajo de escolaridad, ya que del total de personas mayores de 25 años y que tienen menos de 10 años de escolaridad, este grupo representa 7.80%, mientras que el porcentaje de los mexicanos en particular es de 49.50% y representa el nivel más bajo de escolaridad, comparado con todos los grupos que habitan el vecino país –Estados Unidos- y provienen de los cinco continentes”.

Estos datos deben hacernos reflexionar sobre varios aspectos vinculados con nuestra economía: México depende en exceso de las remesas, que son la segunda fuente de ingresos del país, pero, paradójicamente, esos ingresos provienen de los que no consiguieron trabajo y tuvieron que irse, y de los que no tienen la preparación más adecuada para conseguir los mejores empleos.

Ante esta situación, algo que debemos hacer es mejorar nuestros sistemas de formación de profesionales, nuestros niveles de educación y con ello incentivar la creación de nuestras propias oportunidades. No se puede seguir con niveles tan bajos de capacitación, porque eso solo hace que nuestra mano de obra sea no apta, mal pagada, sin muchas oportunidades, y sobre todo a merced de las condiciones de los mercados ajenos.

El mundo de hoy requiere de mano de obra calificada, de personas que sepan construir sus propias oportunidades, ya que dos terceras partes de la riqueza actual están en el sector de servicios, es decir, en la producción de conocimiento.

En vistas del fracaso de nuestros países de crear los suficientes empleos para todos, lo que debemos hacer es tomar la iniciativa propia de mejorar nuestra capacidad laboral, construir perfiles profesionales de más calidad, y tener una preparación que nos permita acceder a mejores oportunidades y no depender de los pocos ingresos que se pueden conseguir en trabajos poco calificados, lejos de nuestra tierra y en medio de enormes complicaciones para sobrevivir.


Comentario económico realizado en el Noticiero de Red Radio Universidad de Guadalajara en Ocotlán, México.

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