domingo, 9 de marzo de 2008

Las remesas en jaque

Por Héctor Farina (*)

La caída de las remesas de los mexicanos que trabajan en el extranjero –principalmente en Estados Unidos- disparó una nueva señal de alerta en México y otros países que ya empiezan a sentir los efectos de la disminución de la actividad económica estadounidense. En el mes de enero, las remesas de los mexicanos disminuyeron 5,9%, lo que constituye la peor caída en los envíos en los últimos 12 años. Todo esto, según los analistas, debido a la desaceleración de la economía estadounidense y a los cada vez más rigurosos controles migratorios que limitan el acceso de los migrantes al mercado laboral de EE UU.

Para hacernos una idea de la importancia de las remesas en México, basta con señalar que son la segunda fuente de ingresos en el país, luego de los ingresos por las exportaciones de petróleo, y superando a otros sectores poderosos como la maquila y el turismo. Se calcula que unos 11 millones de mexicanos viven en Estados Unidos, desde donde envían dinero y contribuyen de esta manera en gran medida al dinamismo económico de su país. De ahí que una desaceleración en la economía estadounidense es una amenaza directa tanto para los migrantes que trabajan en ese país, como para las familias que dependen del dinero que reciben desde el exterior.

En ese sentido, hace un par de días el Departamento del Trabajo de Estados Unidos informó que en el mes de febrero se perdieron unos 63 mil empleos, de los cuales unos 39 mil correspondieron al sector de la construcción, donde trabajan la mayoría de los migrantes mexicanos, así como los de los países centroamericanos y sudamericanos. Pero también la industria minorista y la manufacturera sufrieron los efectos de la desaceleración, con lo que la amenaza para los puestos de trabajo de los migrantes se vuelve más compleja, además de otros efectos negativos que se vislumbran, como la disminución de las exportaciones al mercado norteamericano.

Ante la amenaza de la caída de su segunda fuente de ingresos, así como frente a la posible reducción de sus exportaciones a EE UU en un 10% a 15% -pronosticada por algunos analistas-, México ahora se prepara en busca de dinamizar su economía interna y contrarrestar de esta manera los efectos negativos del mercado vecino. Uno de los mecanismos podría ser el aumento de las inversiones públicas para generar puestos de empleo en sectores estratégicos como la construcción.

Si bien la desaceleración del principal motor económico mundial parece amenazar con más fuerza a México, los demás países latinoamericanos también serán afectados en caso de que la recesión se convierta en una tendencia y se prolongue. Tanto las remesas como las exportaciones podrían resentirse y con ello dejar mal paradas a las economías que no tienen un dinamismo propio para enfrentar los coletazos de una economía globalizada que no respeta fronteras.

Este panorama económico mundial debería servir para replantear la necesidad de tener una economía fuerte, competitiva y con dinamismo propio. En el caso del Paraguay se debe establecer un criterio más claro de cómo hacer crecer la economía y cómo generar empleos. Es intolerable que se tenga que sufrir porque los compatriotas pierdan su trabajo en el sector de la construcción en Estados Unidos o en España, y dejen de enviar dinero por ello, mientras la industria paraguaya de la construcción está siendo frenada por no tener cemento y varillas, por falta de planificación e inversión. Se requiere de una política que permita generar los empleos en casa, invirtiendo en la construcción de rutas y generando condiciones para la inversión privada, de manera a no seguir generando la fuga de ciudadanos y la dependencia de los recursos que envían desde el exterior.

Se necesitan planes concretos que hagan crecer la economía, que favorezcan las inversiones y la generación de puestos de empleo, de manera a no vivir dependiendo sólo de las coyunturas favorables y a merced de recesiones ajenas.

(*) Periodista
www.vivaparaguay.com

1 comentario:

Darío dijo...

Me entero -fortuitamente, querido amigo- de que ténés un blog. Y con escritos interesantes!!!!
Fuerza, estimado. Procuraré seguirte virtualmente y desde la distancia. Un abrazo y cuando retornes... me imagino que aspirarás a ganar más que los manidos 170 australes cobrados por el amigo Rogelio Roldán...