domingo, 16 de marzo de 2008

Gráfica de una producción competitiva

Por Héctor Farina (*)

Una de las mejores lecciones que nos ha dado la industria nacional en los últimos años es la de los fabricantes de cuadernos. Este segmento de la industria gráfica ha logrado desarrollar una competitividad que le permite hacer algo que pocas industrias pueden en el Paraguay: derrotar al contrabando. No necesitaron medidas proteccionistas, ni favores especiales del Gobierno, se limitaron a trabajar para mejorar la calidad de los productos y ponerlos a disposición de la gente con precios accesibles. En otras palabras, hicieron de la calidad y los buenos precios una mancuerna que les permitió barrer con la competencia desleal de los productos extranjeros que durante años se apoderaron del mercado local.

Es altamente gráfico que en lo que va del año las empresas fabricantes de cuadernos hayan aumentado en un 50% sus ventas, al tiempo que anuncian inversiones en tecnología para incrementar la producción. Y es llamativo que se mantenga el auge pese al aumento del precio del papel que importan las industrias, ya que este insumo no es producido en el país, con lo que se demuestra una eficiencia competitiva con la que no sólo se abastece al mercado local sino que se exporta a varios países de la región.

Hasta hace unos pocos años, los cuadernos paraguayos habían perdido gran parte del mercado local debido a que no podían competir con el contrabando de productos brasileños o argentinos, que gracias a sus menores precios prácticamente habían acaparado las librerías, los supermercados y todos los puntos de venta minorista. Pero los industriales gráficos dieron la nota cuando en 2004 anunciaron que los cuadernos paraguayos habían copado el 90% del mercado local -desplazando al contrabando que tenía 40% de las ventas- y en el 2005 ya se apoderaron de todo el mercado y empezaron a crecer hacia afuera, a exportar.

¿Cómo lograron este cambio? Los mismos empresarios señalan que la clave está en un mejoramiento de la calidad de los cuadernos, lograda por medio de una mejor tecnología que permitió también reducir los costos de producción y por ende el precio final de los productos. Es decir, cuando se tiene calidad y se tiene un precio justo, el consumidor no necesita buscar productos de contrabando que no le ofrecen garantías, pues siempre opta por aquello que satisface mejor sus necesidades y que está al alcance de sus posibilidades económicas.

La lección de los cuadernos nos indica que se debe trabajar para mejorar la competitividad de los productos, que se requiere de innovación, capacitación profesional e inversión en tecnología. Y ese mejoramiento debe ser incentivado por el Gobierno, que debe facilitar las inversiones que permitan la incorporación de tecnología, así como establecer mecanismos que permitan la capacitación de profesionales. Pero que quede claro que no se contribuye cuando por una omisión en la ley de impuestazo, el Gobierno le aplica el IVA (Impuesto al Valor Agregado) a los cuadernos nacionales, poniendo en peligro la competitividad y el acceso de la gente a estos productos fundamentales para la educación. No obstante, este impuesto al parecer no ha representado un incremento de los precios para los consumidores, al menos hasta ahora, pero muestra cómo se ponen lastres en vez de incentivos.

Hoy en día muchos sectores industriales sufren por su insuficiencia competitiva, mientras el contrabando los deja fuera del mercado y el Gobierno responde esporádicamente con parches y no con una planificación económica sólida que permita una mayor competitividad de la producción nacional y la generación de empleos para los paraguayos. Deberíamos estudiar detenidamente el modelo desarrollado por los productores de cuadernos, para buscar trasladar los buenos resultados a otros sectores de la industria.

El Paraguay necesita un crecimiento sostenido, un aumento de la productividad y la competitividad para crecer hacia fuera por medio de las exportaciones, para generar empleos y disminuir la pobreza. La lección de los cuadernos paraguayos debería ser tomada en cuenta para indicarnos un camino a seguir, en busca de tener productos nacionales competitivos, con calidad y precios dignos del mercado internacional.

(*) Periodista
www.vivaparaguay.com

No hay comentarios: