miércoles, 5 de marzo de 2008

La creación de empleos: el gran desafío

Por Héctor Farina (*)

La falta de creación de empleos en el país sigue siendo una materia pendiente, a pesar de las promesas del Gobierno y de los constantes reclamos de los sectores sociales y empresariales. Se lanzaron muchos proyectos, se compartieron iniciativas, se gastaron fondos en consultorías y se hizo mucho ruido con el tema del empleo, pero luego de casi cinco años de administración el resultado es más que contundente: uno de cada tres paraguayos tiene problemas de empleo (sin trabajo o en una ocupación precaria), cada día crece el número de personas que viajan a países como España en busca de ingresos, la economía depende en buena medida de las remesas, y se mantiene la incertidumbre en el mercado laboral local, en tanto sectores estratégicos siguen sumidos en el caos propio de la falta de planificación.

Los planes para crear empleos no solo no han funcionado o han resultado insuficientes, sino que por negligencia, por corrupción o por inutilidad la economía paraguaya sigue en jaque y muchos puestos de trabajo se pierden. En un país necesitado de empleos resulta inconcebible que el sector de la construcción no pueda crecer por la falta de cemento, un producto estratégico para el desarrollo y que es controlado casi en su totalidad por el Gobierno. No se ha saneado la Industria Nacional del Cemento (INC), no se está aprovechando el potencial de crecimiento que tiene y todavía se mantiene una estructura obsoleta al borde del colapso que termina desincentivando al sector de la construcción.

Es poco coherente que se hable de crear empleos cuando por falta de varillas las industrias no pueden producir o cuando el contrabando de harina deja en la calle a los molineros. O cuando la producción agrícola se resiente ante la amenaza de la escasez de gasoil. Ante un ambiente como este es difícil pensar en que se van a crear los empleos que tanto necesita el país, pues todo se mantiene en la incertidumbre y con ello no se incentiva ni a la inversión ni al crecimiento de la economía.

Para generar empleos hay que hacer crecer la economía. Y para eso se necesita mucho más que planes aislados, que promesas oportunistas y medidas de fachada. Por ejemplo, dentro de los numerosos proyectos impulsados por el Gobierno a través del Ministerio de Industria y Comercio, tomemos el caso de dos de ellos que presentan logros importantes: la maquila y el ensamblaje de motocicletas. Ambos presentan un crecimiento sostenido desde hace varios años, con un aumento en las inversiones y con creación de puestos de empleo. Pero ¿qué es lo que tienen en común? Simplemente se crearon regímenes especiales, se facilitaron las inversiones, se alivianó la carga tributaria y se minimizó la burocracia. En otras palabras, les crearon las condiciones para producir.

Si realmente se quiere hacer crecer la economía y generar empleos, se tiene que establecer una estrategia económica clara que por un lado ponga orden en la casa, frenando el contrabando, asegurando el abastecimiento de productos estratégicos como el cemento y el combustible, y minimizando la burocracia que frena las inversiones. Por otro lado, se debe trabajar muy fuerte en mejorar la competitividad de las empresas nacionales, alivianando cargas impositivas innecesarias y suprimiendo engorrosos trámites para operar en el mercado, creando condiciones para fomentar las inversiones y la generación de empleos, al tiempo que se mejora la capacitación de los profesionales. El Gobierno podría contribuir mucho al pavimentar rutas -fiscalizadas y controladas para evitar la corrupción-, para mejorar las posibilidades de distribución de productos y de paso darle trabajo a mucha gente de manera directa e indirecta. Y se debe tener una política clara en busca de acuerdos comerciales y mercados válidos para los productos paraguayos, de manera tal a no vivir la misma experiencia de un Mercosur que traba nuestras exportaciones y que no cumple las reglas más que cuando favorecen a los países grandes.

En la medida en que se pueda mejorar la competitividad, que se tenga mano de obra más calificada y que haya orden y seriedad en el manejo de productos estratégicos, se puede pensar en la generación de los empleos que tanto se necesitan y que en los últimos años no han pasado de ser promesas incumplidas. Tenemos que exigir una planificación concreta que nos indique hacia dónde va la economía, porque queda claro que no se puede vivir de las iniciativas aisladas, de las coyunturas macroeconómicas favorables ni de los ingresos externos que no son producto de nuestro trabajo.

(*)Periodista
www.paraguaynews.com.py

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