domingo, 29 de julio de 2007

Empresas periodísticas y vínculos con el poder

Por Héctor Farina (*)

Siguiendo con el análisis de las mediaciones, ahora tomamos el caso de las “determinaciones institucionales”, que constituyen un nivel macro frente a los niveles individuales y los organizacionales. El nivel institucional examina las crecientes demandas institucionales que se imponen a los procesos de producción noticiosa, así como las relaciones entre los medios informativos y el medio ambiente social más amplio en el que ellas operan. Los medios tienen articulaciones institucionales políticas, económicas y culturales, entre otras.

Los medios de comunicación, y en este caso los diarios, mantienen vínculos de diversos tipos con numerosas instituciones, ya que al fin y al cabo se trata de empresas comerciales que operan como tales y hacen de las noticias su producto. Estas relaciones tienen incidencia en la producción noticiosa, pues marcan una línea o política editorial que sea afín a los intereses que persigue el medio. De ahí que ciertos criterios profesionales y organizacionales pueden ser dejados de lado si el nivel institucional así lo determina.

Los diarios no sólo asumen posturas editoriales en base a posiciones ideológicas, vínculos políticos o económicos, sino que trasmiten la presión de estos relacionamientos hacia la redacción y los periodistas, ya sea de manera directa o indirecta, de forma tal que se condiciona de antemano la producción de noticias. Es así que por motivos estructurales se cae en el parcialismo, la censura y la autocensura, el maniqueísmo, el servilismo y otras formas de tergiversación de las noticias que son utilizadas para el beneficio de los poderes fácticos. La “objetividad” y la “verdad” quedan entonces subordinadas a las conveniencias de los estamentos de poder con los que se relaciona la empresa periodística.

Una articulación política puede hacer que tal noticia se convierta en portada todos los días, que tal otra no exista o que sólo se siga algunos temas determinados mientras se deja de lado otros que también deberían ser importantes. Este tipo de articulaciones también permite saber de antemano qué periódico atacará al Gobierno y cuál saldrá en su defensa, quiénes verán una causa como buena y quiénes la verán como mala.

Y una de las formas de vinculación más usadas para influir sobre las noticias es la publicidad, ya sea estatal o empresarial. Los medios se ven amordazados, por complicidad y conveniencia, para hablar de ciertos temas, de manera que la construcción social de la realidad, que se hace por medio de las noticias, está orientada a no afectar a los intereses de las instituciones que “invierten”, que financian el funcionamiento de los medios. Con destinar fondos del Gobierno a campañas de propaganda se puede controlar la imagen proyectada desde los medios, mostrar lo bueno y esconder lo malo, y aparecer con un rostro muy distinto al que en realidad se posee.

Queda claro que el público debe exigir reglas claras de ética y comportamiento de los medios, que debe conocer la política editorial y el sistema de tratamiento de las informaciones, porque de lo contrario quedará supeditado a percibir la realidad que los medios construyen a favor de intereses ajenos. El negocio de los medios de comunicación debe radicar en la credibilidad de las informaciones que trasmiten y no en la venta de conciencias, la fabricación de ilusiones y las realidades de conveniencia.

El público debe dejar de consumir información dudosa e interesada, y condenar a los medios que se venden al mejor postor. Y los medios deben comprender que el negocio no está en vender falsedades, sino en construir credibilidad. Lo demás vendrá por añadidura.

(*) Periodista.
http://www.vivaparaguay.com/

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