miércoles, 1 de mayo de 2013

El orden, lo atractivo y el turismo



Por Héctor Farina Ojeda (*)

El largo viaje desde México a Paraguay siempre trae consigo una serie de cambios que uno espera encontrar. Pero a la ya conocida falta de orden, sumarle el hecho de la desidia manifiesta en cualquier calle de Asunción se vuelve una señal inequívoca del desinterés hacia la gente: ciudad sucia, con espacios huérfanos de autoridad y decencia y con ecos de un atraso que aparece más adelantado que las buenas intenciones vociferadas en alguna campaña política con promesas repetidas.

La informalidad de un país poco organizado se percibe desde que uno llega y no hay controles serios de Aduanas en el aeropuerto, por lo que prácticamente se puede introducir cualquier cosa. O al salir a las calles, en donde hay tan poca señalización que, para un turista, llegar a su destino se convierte en una cuestión con grandes porciones de incertidumbre y azar. Faltan los carteles y las señales que guíen hacia los principales puntos atractivos de la zona metropolitana, pero sobran los afiches, gigantografías y grafitis de las campañas políticas, que poluyen visualmente y que no aportan más que una sensación de dejavú sobre etapas en las que se promete de todo para que nada cambie. Gatopardismo en las calles, eterno retorno en las esferas de poder.

La recepción que brinda la denominada "madre de ciudades" no es la mejor que daría una madre: con montes, montañas y cerros de bolsas de basura en las esquinas, con un transporte público que rocía de humo negro a los que caminan en las veredas que -para no ser menos que las calles- también presentan sus desniveles, baches y chicanas, y con una sensación de poca preocupación por parte de todos. Así encontré Asunción en general, aunque hubo espacios en los que el contraste entre bondades y desidias me causó la impresión de ir a dos ciudades opuestas en un mismo espacio.

Mientras la gran cantidad de ofertas hace que mucha gente prefiera ir a la zona de los shoppings, en contrapartida se ven calles semidesiertas, locales abandonados, pocos vendedores y algunos letreros de "se alquila" en el centro histórico. La calle Colón es un ejemplo de esto, en la zona del puerto, pues la que otrora fue una zona casi obligada para las buenas compras ahora luce como un espacio en el que se revuelven los papeles voladores, los escombros en alguna esquina y una que otra tienda esperanzada en el retorno de los buenos tiempos.

Como parte de esa curiosidad que nos hace tan peculiares a los paraguayos, el transporte público es una muestra de que no hay imposibles. Aquel servicio caótico, con unidades desvencijadas de manejo imprudente que garantizaban viajes en condiciones deplorables, ha empeorado. Como para un programa de Ripley, veo que hay camiones más viejos, más chicos, que siguen sin respetar las señales de tránsito, que suben y bajan pasajeros en cualquier parte y que ni siquiera sienten el compromiso de cerrar las puertas para evitar que alguien se mate de la caída. Ver el sistema obsoleto equivale a recibir señales inequívocas de un país enamorado del atraso y peleado con el futuro.

La capital de Paraguay tiene muchos atractivos, al igual que todo el país, pero hay poca planificación y pareciera que no hay mucho interés en pensar en el turismo. Venir desde México, un país que tiene en el turismo a una de sus principales fuentes de ingreso y que factura cerca de 20 mil millones de dólares al año gracias a los turistas,y encontrarse con Asunción poco presentable, es como graficar la poca importancia que se le concede a los ingresos turísticos que podrían ayudar en mucho a solucionar los problemas sociales.

Paraguay es un paraíso de precios bajos, de tiendas nacionales en lugar de las cadenas estadounidenses que copan todo en otros países. Hay mucho por explotar en materia de turismo, pero nos falta orden, planificación, seriedad y compromiso. ¿Cuesta tanto tener un país atractivo para el turismo? No, pero parece que sí.

(*) Periodista y profesor universitario
Desde Asunción, Paraguay

Publicado en el Suplemento "Estrategia", una publicación especializada en economía y negocios, del Diario La Nación, de Paraguay.

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