jueves, 31 de mayo de 2012

La web, mayor presión para cambiar

Millones de lectores interactivos requieren periodistas competentes y más aptos



Por Héctor Farina Ojeda

La aparición de Internet y el desarrollo del periodismo en línea han modificado en forma sustancial no sólo la forma de ejercer el periodismo, sino también los hábitos de consumo de los lectores. Esto implica que además de las plataformas tecnológicas para la comunicación de noticias, han cambiado las rutinas de producción de noticias por parte de los periodistas, se usan canales distintos para llegar al lector, y este lector ahora tiene posibilidades de informarse como nunca antes había tenido.

Sobre la base de una investigación sobre el perfil del lector de noticias en línea, presentaremos algunas de las características del lector-usuario, así como presentaremos una breve reflexión sobre los retos que enfrentan los periodistas para hacerle frente a este nuevo consumidor de información.

El periodismo en línea, periodismo en Internet o ciberperiodismo apareció en 1994 como resultado del desarrollo de Internet y su apropiación por parte de las empresas periodísticas. Paralelamente, en la medida en que los medios de comunicación evolucionaron,el público ha cambiado su comportamiento: ha dejado de ser un consumidor pasivo o activo, y se ha vuelto un usuario interactivo (Dobler, 2001; Meso Ayerdi, 2003; Llano Aristizábal ,2005; Witt y Seoane, 2005)

Pero no solo ha habido un desarrollo inherente a los periódicos en línea, sino que las plataformas y los sitios de información se han multiplicado. Es así que con el surgimiento de portales de noticias, blogs, redes sociales (especialmente Facebook y Twitter en los últimos años), buscadores de noticias (como Google News) y sitios especializados en diversos temas, los lectores ya no dependen de la información que ofrecen los periódicos y los medios tradicionales, sino que puede informarse prácticamente en cualquier sitio de Internet.

En este sentido, podemos afirmar que el lector se ha convertido en un usuario que utiliza diversas herramientas interactivas para gestionar o procurarse las informaciones sobre los temas que le interesan, sin necesidad de depender de las ofertas específicas que hagan los diarios. Así, el lector se ha convertido en un “gestor” de noticias (Farina, 2008), porque es un buscador que salta por encima de todo aquello que no le interesa para llegar a lo específico.

Este gestor de noticias o informaciones tiene esquemas propios para conseguir la información que busca: es selectivo, tiene sus tiempos propios, no es un “lector fiel” tal como lo conocíamos, pues ya no depende de la oferta informativa de un determinado medio, y le da preponderancia a la información por encima de la fuente.

El lector se ha vuelto migrante, un navegador en Internet que salta de sitio en sitio; es fugaz, pues no se queda mucho tiempo en un determinado sitio, y construye su propio menú de noticias, en el sentido de ir seleccionando la información sobre los temas que le interesan.

Como gestor de información, tiene diarios habituales de consulta, pero cuenta con sus propios esquemas para acceder a las noticias.Y aunque se encuentre con una estructuración de contenidos de parte de los medios que le sugieren una forma de navegación, finalmente sigue su propia forma de navegación.

Un ejemplo es el uso de buscadores, con lo que rompe los esquemas de los diarios. Basta con que una noticia o un tema le llamen la atención al lector para que recurra a herramientas de búsqueda, y como resultado se llega a noticias o informaciones publicadas en cualquier diario, blog, sitio o portal.

Esto se nota sobre todo con el uso del buscador Google, que es preferido a los buscadores que tienen los mismos diarios, precisamente porque es más potente para encontrar la información en cualquier parte de Internet.

Esta selección de los lectores indica claramente que no son consumidores encasillados por los medios ni que pueden ser etiquetados como “clientes” o “lectores fieles”. Son lectores migrantes, que van de un lugar a otro, sin más fronteras que las establecidas por cuestiones como el idioma.

El uso de los buscadores ha modificado la relación de los lectores con los periódicos, pues abre una cantidad incontable de posibilidades para el consumo de la información. Ahora, el lector ya no se relaciona sólo con los contenidos de un diario en forma constante, sino que su relación es fugaz y condicionada a lo que busque y lo que encuentre.

Los lectores no sólo eligen contenidos, sino también canales y herramientas para buscar las informaciones que les interesan. Ya no dependen de la oferta de noticias de la portada de un periódico: acceden desde algún enlace en Facebook, desde una cuenta que siguen en Twitter, desde Google Noticias o desde cualquier alerta o buscador.

Con la apropiación de herramientas tecnológicas, el lector se ha vuelto un usuario independiente, migrante y no rígido en sus patrones de consumo de información. Es un consumidor de noticias que sabe cómo y dónde buscar lo que le interesa y que deja a los emisores de contenidos en un segundo plano, centrando su atención en los mismos contenidos.

Ante este panorama, los periódicos y los periodistas enfrentan varios retos que van más allá de lo tecnológico. En México, un dato interesante es que la tirada de los periódicos se ha mantenido estancada en los últimos 10 años pese al incremento de la población (Vidal, 2008), mientras que aumentan los usuarios de Internet y sobre todo el porcentaje de personas que forman parte de comunidades virtuales, a través de las cuales también se informan.

Actualmente hay 20 millones de usuarios registrados en la comunidad virtual Facebook, lo que representa 10 veces más que la circulación total de los diarios impresos en México. En tanto, hay más de 3 millones de mexicanos registrados en Twitter, con lo que la cantidad de usuarios supera la tirada de los diarios impresos.

Por un lado, los periódicos enfrentan la necesidad de reconvertirse para ubicarse en donde se encuentran las audiencias: en Internet y las redes sociales. Y por el otro lado, los periodistas están transformación sus rutinas de producción de noticias y necesitan establecer estrategias para que las informaciones sean atractivas para el lector-usuario interactivo, selectivo, fugaz y migrante, que además cuenta con incontables formas y sitios para informarse.

En el caso de los periodistas, la necesidad de pensar en función de la audiencia se ha vuelto imperiosa. Esto implica contar buenas historias, con credibilidad y calidad, pero con la diferencia de tener que hacerlo en forma rápida, usando plataformas tecnológicas, incorporando herramientas interactivas y buscando capturar la atención de un público cambiante.

Pero el desafío es aún mayor si pensamos que los periodistas no sólo deben informar más rápidamente que antes, para un público cambiante y disperso, usando herramientas tecnológicas y en medio de una oferta enorme de informaciones en Internet, sino que deben mantener como elemento diferencial la calidad con la que informan. Hay que informar rápido, pero informar primero no es suficiente: hay que hacerlo con mucha solvencia en medio de la urgencia.

El primer paso es volver a hacer un periodismo para la gente, para esa audiencia selectiva e interactiva que hoy exige que las informaciones tengan un estilo diferente, más dinámico, más interactivo pero con mucha calidad. Aprender a pensar en la audiencia es una obligación imperiosa para el periodista de hoy, pues ya no basta con publicar una nota y esperar que alguien compre el periódico.

El segundo paso esencial para los periodistas es la capacitación en cuanto a las nuevas tecnologías y el uso de las herramientas para que contribuyan tanto a la producción como a la difusión de las noticias. Es urgente rediseñar los sistemas de formación con miras a lograr periodistas más preparados y más conscientes de las necesidades de información de la sociedad.

Pero en el fondo, aunque se hayan transformado los mecanismos y las necesidades, lo que se debe aprender es lo mismo: hacer un periodismo de calidad.

Bibliografía

Dobler, Hanelore- (2001), “El periodismo “on line”. ¿Amenaza de muerte al periodismo tradicional?”, Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, marzo, número 073. Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, Quito Ecuador. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=16007306
Farina Ojeda, Héctor (2008) Los lectores y su interactividad con el periodismo en línea. Un estudio cualitativo de cinco casos. Tesis de Maestría. Maestría en Ciencias Sociales, Universidad de Guadalajara, México.
Llano Aristizábal, Sergio (2005). “Hipermedia e interactividad en el periodismo digital colombiano”. Palabra Clave, junio, número 012. Universidad de la Sabana, Bogotá, Colombia. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=64901205
Meso Ayerdi, Koldobika (2003). “Nueva profesión: el periodista digital”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, marzo, número 081. Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, Quito Ecuador. Pp 4-11. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=16008101
Witt, Leonard y Francisco Seoane Pérez. (2005), “Periodismo del futuro”. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, septiembre, número 091. Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, Quito Ecuador, pág 28-35. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=16009107
Vidal, Francisco (2008) Los dueños del cuarto poder. Editorial Planeta, México

Publicado en la revista Periodistas3.0, una publicación especializada para periodistas, México DF. Ver nota original aquí

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