martes, 20 de septiembre de 2011

Ecos: el desafío de contar historias para la gente










Por Héctor Farina Ojeda (*)

Siempre es bueno comunicarse. Escribir, hablar, comprender e interpretar. Parece algo básico y elemental, pero en un mundo tan comunicado, como una paradoja en medio de tanta tecnología, parece que hemos perdido una buena parte de nuestra capacidad expresiva y la comunicación con el otro. Nos enviamos más mensajes, vemos más televisión y nos conectamos más por medio de una computadora con Internet, pero compartimos menos. Y ante este mundo paradójico, recuperar la palabra y la capacidad de contar historias de la gente y para la gente se vuelve una necesidad y un enorme compromiso.

Es así que como un compromiso y una necesidad surgió la Revista Ecos, con el objetivo de convertirse en una voz en el interior del Paraguay. En un esfuerzo conjunto por contar historias y compartir conocimientos para mejorar nuestra sociedad, las plumas fueron trazando líneas que llegaron desde distintas figuras y diversos lugares. Desde el interior del Paraguay o de la capital, desde Argentina o Brasil, desde México o desde cualquier lugar en donde se tenga algo que decir para compartir, el conocimiento se ha plasmado en las páginas de esta iniciativa que busca acercar a la gente y mostrar un camino en el que todo se puede construir con nuestro esfuerzo.

Pasaron ya tres años desde que Ecos recorre los rincones del Paraguay. Primero fue en soporte impreso en papel, distribuyendo ejemplares por el territorio paraguayo, hasta llegar a las escuelas de Brasil y Argentina. Y ahora, con la trascendencia de lo digital, llega a todo aquel que quiera leer, sin importar en qué sitio se encuentre. Las voces se han vuelto conjuntas, atemporales y de alcance global, pero siempre están fluyendo con sus historias.

Teniendo siempre presente las vivencias de Roa Bastos y su escritura desde la lejanía, no he dejado de escribir sobre el Paraguay: ubicado en México, comparto mis pensamientos escritos en la Universidad, en mi casa, en algún café, un aeropuerto o desde un camión que me ayuda a reflexionar mirando el paisaje pasar. No importa la distancia cuando la palabra puede unirnos, puede hacer que compartamos ideas y pensemos en los que nos falta para construir una comunidad menos injusta y más equitativa.

La oportunidad de compartir desde la distancia, sintiendo la esencia paraguaya con cada comentario y cada respuesta, es un aliciente para saber que siempre es posible construir una nación mejor desde cualquier punto. Lo importante es colaborar, reflexionar, sumar ideas y buscar la manera de concretar proyectos que apunten a revertir males como la pobreza, el analfabetismo o el conformismo.

Me siento agradecido con Ecos, por permitirme ser parte de esta iniciativa. Propongo hacer de las ideas y la reflexión una fuente de incentivo para el mejoramiento de la educación: con aportes, propuestas y con mucha comunicación, se pueden construir los cimientos de una formación educativa que nos permita mayores oportunidades en un mundo que nos exige mucho conocimiento. Hay mucho por aprender, por compartir y apropiar. Y para estos fines, una buena lectura, una buena idea y un buen intercambio de conocimientos son fundamentales.
Tenemos que hablar más con la gente, contar historias de la gente y hacer que sea precisamente la gente la que pueda imaginar una sociedad mejor para todos. Ese es el reto.

(*) Periodista y profesor universitario.
Desde Guadalajara, Jalisco, México

Publicado en la Revista Ecos, de Paraguay, en el marco del tercer aniversario de esta publicación.

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