domingo, 21 de agosto de 2011

Internet y economía en tiempo real


Por Héctor Farina Ojeda (*)

El vuelco de la economía tradicional, en donde la mano de obra bruta y los sectores productivos tenían preponderancia, hacia una economía del conocimiento, en la que los servicios y los productos que dependen del conocimiento son los mayores generadores de riqueza, tiene a la tecnología como un paradigma fundamental. Se trata de un mundo con economías intercomunicadas, con operaciones en tiempo real, en donde la capacidad de producir, procesar y difundir información es vital. Y en este mundo tan dependiente de la comunicación, la conectividad y el aprovechamiento de Internet son una necesidad que no podemos postergar.

En mi reciente estancia en el Paraguay pude comprobar que las conexiones a Internet siguen siendo un problema medular que genera inconvenientes a diversos sectores. Tanto la educación como la economía son dos de los principales afectados por el atraso tecnológico, lo que no sólo genera un retraso con respecto a los países desarrollados y emergentes, sino que condiciona el progreso y amenaza con reproducir un modelo en el que siempre estamos un paso detrás de cualquier tipo de innovación. En un mundo globalizado, competitivo y altamente comunicado, tener problemas de comunicación y estar rezagado en cuanto a tecnología implica casi con seguridad una condena a la pobreza.

Las conexiones a Internet siguen siendo lentas y hay un porcentaje demasiado elevado de la población que no tiene acceso. Nuestros índices de conectividad son bajos, los niveles educativos no son los ideales y nuestra inversión en tecnología es casi inexistente: todo esto parece la radiografía de un país que vive condicionado al atraso. Y no se trata sólo de una simple incorporación ni de un determinismo tecnológico, sino de ajustarnos a las necesidades de los tiempos para hacer de las herramientas tecnológicas un trampolín hacia una sociedad con mejores resultados en cuanto a la economía y los aspectos sociales.

Mejorar las condiciones de acceso a Internet es una prioridad que debe atenderse con urgencia, sobre todo pensando en dos aspectos: la educación y la economía. Si seguimos atrasados en esta materia, la calidad educativa será mala y ello derivará en la formación de personas poco competitivas e incapaces de producir de acuerdo a los requerimientos del mercado actual. Y esto afectará fuertemente a la economía del país en un periodo de mediano y largo plazo, pues no tendremos la capacidad de innovar, ser competitivos ni posicionarnos en el sector de servicios, en donde hoy fluye la mayor parte de la riqueza que se genera en el mundo.

Las tecnologías de la comunicación, como Internet, deberían formar parte de una política educativa y económica que incluya el compromiso de todos los actores sociales: tanto el sector público como el privado deberían invertir más y promover el aprendizaje y uso de las herramientas tecnológicas. Esto beneficiaría directamente al funcionamiento de la economía, que se volvería más competitiva, rápida, menos burocrática y más acorde al tiempo real.

Con un buen uso de la tecnología se podrían automatizar procesos que hoy soy engorrosos: desde comprar las entradas para el cine hasta hacer transferencias de capital. El comercio, los servicios de atención y muchos otros sectores requieren hoy de una tecnología más avanzada y menos limitante. Bajar los costos de Internet, mejorar el acceso, ponerlo al alcance de todos y, sobre todo, implementar programas de capacitación en tecnología, son medidas urgentes que no podemos postergar si es que queremos tener un futuro diferente al atraso.

(*) Periodista y profesor universitario
Desde Guadalajara, Jalisco, México.

Publicado en el suplemento especializado en economía y negocios "Estrategia", del Diario La Nación, de Paraguay

No hay comentarios: