lunes, 6 de octubre de 2008

Crisis, remesas y pobreza

Por Héctor Farina (*)

La crisis financiera que afecta a los Estados Unidos sigue generando temor e incertidumbre en los mercados internacionales, pese al millonario plan de rescate de 700 mil millones de dólares recientemente aprobado por el gobierno de ese país. El temor generalizado es que la recesión en la principal economía mundial arrastre consigo a la economía de numerosos países, que en mayor o menor medida sentirían las sacudidas del sismo cuyo epicentro está en el mercado norteamericano. Y dentro de la compleja red de relaciones económicas en un mundo globalizado, uno de los temores en los países latinoamericanos es el que se refiere al empleo de los migrantes y las remesas a sus respectivos países de origen.

En este sentido, los datos indican que en Estados Unidos se perdieron 159 mil puestos de empleo en el mes de setiembre, lo que constituye la mayor caída desde marzo de 2003. En lo que va del año se han perdido unos 760 mil puestos de empleo. Esto afecta sobre todo a los migrantes que trabajan en sectores como el de la construcción y el manufacturero, ya que ambos están prescindiendo de trabajadores. Igualmente, en España se presenta una situación poco favorable para los migrantes, pues el nivel de desempleados que se registra es el más alto en los últimos 11 años, tras el incremento registrado en setiembre, cuando 95 mil personas se sumaron al desempleo.

La recesión y la pérdida de empleos amenazan a las remesas y mantienen en alerta a varios países latinoamericanos. En México, por ejemplo, en el mes de agosto se produjo una caída del 12,2% en las remesas de los migrantes, que trabajan mayormente en Estados Unidos. Las remesas son la segunda fuente de ingresos en este país, solo por debajo de los ingresos por el petróleo, y de ellas dependen millones de familias. En este momento, sin embargo, se encuentran en su nivel más bajo en los últimos 12 años, debido a los problemas de empleo que enfrentan los que migraron a su vecino del norte. Ahora bien, en forma global los cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indican que el valor de las remesas a América Latina caerá 1,7% en este año.

En este contexto, una pregunta que conviene hacer es qué tanto inciden las remesas en el combate a la pobreza. ¿Aumentará la pobreza debido a que los migrantes enviarán menos dinero? Aunque en muchos casos hay noticias alarmistas, la incidencia de las remesas en la pobreza es muy pequeña, ya que si bien los envíos contribuyen a mejorar la situación de los que perciben, no constituyen un programa ni un plan para atacar a la pobreza estructural. El dinero que envían los migrantes no puede reemplazar a la política de los gobiernos: los responsables de hacer crecer la economía y disminuir la pobreza son las autoridades y no las personas que tuvieron que irse para poder trabajar.

En el Paraguay, la gran pregunta que tenemos que hacerle al Gobierno es qué está haciendo para que crezca la economía. ¿Cómo se pretende darle a nuestra economía un dinamismo propio que implique la generación de empleos y la solvencia necesaria para soportar los embates de la economía internacional? Hasta ahora no hemos visto un plan articulado, sino más bien las discusiones pasan por el incremento de las recaudaciones, por el presupuesto y por los impuestos que se pretende aplicar a los sectores productivos. El país necesita hacer bien los deberes en materia económica, atraer inversiones y generar puestos de trabajo para combatir la pobreza. No se puede depender de las remesas ni estar a merced de las recesiones ajenas. Ya es hora de que el Gobierno nos aclare cuál es el plan económico que tiene y cómo lo pondrá en práctica, pues no se puede repetir el error de los gobiernos anteriores, que dejaron nuestra economía sin rumbo fijo.

(*) Periodista
http://www.vivaparaguay.com/

No hay comentarios: