sábado, 14 de abril de 2007

De cielos abiertos y otras falsedades

Por Héctor Farina (*)

La idea de convertir al Paraguay en una plataforma o "hub" regional de pasajeros y cargas, de manera a ser el centro del transporte aéreo de Sudamérica, había sonado muy bien a finales de 2003, cuando con bombos y platillos se presentó el proyecto en el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), entonces comandado por Ernst Bergen como ministro y Jorge von Horoch, como viceministro de Industria.

El proyecto, "impulsado" por la Vicepresidencia de la República a cargo de Luis Castiglioni, y coordinado por el MIC, había sido elaborado en base a estudios que señalaban que el Paraguay podía sacar un enorme provecho de su prodigiosa ubicación geográfica, de su cercanía a las principales ciudades sudamericanas, del creciente tráfico aéreo, de los relativos "bajos costos" que ofrece el país y de otras ventajas como la condición climática que hace operable el aeropuerto durante todo el año.

En poco tiempo, se sucedieron las reuniones con empresarios, autoridades y todo ser vinculado de alguna forma a la idea de convertir a Asunción en un centro de tránsito obligado en el Cono Sur. El Gobierno prometió que buscaría reducir los costos operativos de las aerolíneas, favorecer el tránsito de pasajeros y poner en condiciones el aeropuerto. En ese contexto, se firmaron convenios de "cielos abiertos" con Estados Unidos, Chile y Panamá, con el fin de incentivar a las aerolíneas extranjeras a operar en Paraguay, y de esa manera mejorar las posibilidades de tener una mayor cantidad de pasajeros.

El principal problema entonces era el elevado costo que representaba para los pasajeros, pues como apenas unas pocas aerolíneas operaban en Asunción, los precios eran exorbitantes, a fin de compensar la poca venta de pasajes.

Pues curiosamente, luego de los primeros resultados alentadores se empezaron a presentar los que serían hasta hoy los verdaderos logros de esta "bienintencionada" iniciativa: aumentaron las tasas aeroportuarias de 18 a 25 dólares, se sancionó una ley de turismo que obliga a las aerolíneas a pagar como mínimo el 6% de comisión a las agencias de viajes por la venta de pasajes; la única empresa norteamericana que operaba en el país, American Airlines, abandonó el país (a lo mejor porque le abrieron los cielos a EE UU), y luego se sumaron otras aerolíneas que fueron dejando de lado sus operaciones en el futuro "hub"....

El proyecto de cielos abiertos quedó en el olvido luego de que la administración del MIC cambió en mayo de 2005, cuando Bergen y sus colaboradores pasaron al Ministerio de Hacienda y dejaron el MIC en manos de Raúl Vera Bogado.

Pero (qué cosas curiosas pasan), luego de dejar abandonadas las iniciativas, los estudios de costos y de hacer la vista gorda a los nefastos resultados posteriores, aparece una "Mesa de Turismo", que enarboló las mismas ideas que se saben desde hace años, y que, como una de esas raras casualidades, fue una mesa creada justo cuando se aseguraron dos millones de dólares anuales, donados por el Gobierno de Taiwán, para la "Red de Inversiones y Exportaciones" (Rediex). Esta "Red" es la misma que presupuesta 50 mil dólares al año para gastos de "ceremonial y agasajos" (bocaditos) y que además "promociona" las exportaciones gastando los fondos en jardines, barandas, cartelitos y pagando a sus "sacrificados funcionarios" salarios más altos que los ministros y el mismo presidente de la República.

Los resultados están a la vista: mientras, por un lado, aparecen mesas de turistas, redes, proyectos viejos, ideas viejas y los cuentos de siempre; por el otro lado, el Paraguay sigue estando más aislado que nunca, los precios de los pasajes son los más altos de la región, y sigue siendo una odisea llegar a Asunción porque apenas algunas aerolíneas aterrizan en la capital paraguaya.

El Paraguay se quedó más aislado que antes y puede seguir siendo considerado como "una isla rodeada de tierra". Aunque también conviene recordar que más allá de las mentiras de este Gobierno, el problema del aislamiento se inició con la venta de Líneas Aéreas Paraguayas (LAP), con lo que el país perdió su única forma de autonomía aérea y dejó de tener vuelos directos, para ahora depender de todas las escalas y las tarifas que las compañías foráneas quieran imponer.

Actualmente, con el MIC bajo la administración del político José María Ibáñez, sigue el viejo juego de los proyectos y las mesas sectoriales, con eternas promesas, con fondos que siguen siendo gastados mientras la gente no tiene ningún resultado por ello.

Es hora de que los ciudadanos, la clase empresarial y las autoridades honestas que quedan tomen un mayor protagonismo y exijan que los proyectos se concreten, que sirvan para beneficiar a la gente y no sólo para hacer de ellos el botín de unos pocos. Hay que exigir resultados concretos y cuentas claras de los responsables de los proyectos. Si se siguen permitiendo mentiras y eternas promesas, lo único que se logra es la complicidad con los corruptos y los inútiles de siempre.

Y si tenemos mala memoria, los mismos "impulsores" de proyectos que no funcionan, luego se presentan como si fueran los salvadores de la patria... La gente honesta ya no puede seguir tolerando a piratas y corsarios, a ladrones de guantes blancos y a los proyectistas y consultores que viven a costa de vender soluciones que nunca funcionan.

(*) Periodista
http://www.vivaparaguay.com/
http://www.paraguaynews.com.py/

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