lunes, 7 de diciembre de 2009

Hacia un país de talentos


Augusto Roa Bastos, talento paraguayo

Por Héctor Farina

Una de las deudas más grandes que tenemos los paraguayos es el reconocimiento y la promoción de nuestros talentos. Durante años hemos fallado en nuestra educación y en la generación de las oportunidades para que nuestra gente talentosa pueda progresar. Pasamos décadas enteras bajo el yugo de gobiernos dictatoriales que no solo cercenaron la posibilidad de generar talentos sino que persiguieron a aquellos que lograban sobresalir a pesar de las adversidades. Aquella frustración todavía la podemos sentir si recordamos a Roa Bastos, exiliado la mayor parte de su vida y soportando la lejanía de “nuestra profunda tierra”, como la llamó el poeta Elvio Romero, otro de los talentos exiliados.

Cuando no cuidamos a nuestros talentos, cuando no solo no promocionamos sino que toleramos que se proscriba la capacidad de expresarnos y de construir ideales, nos volvemos cómplices del relegamiento al que son sometidos los pueblos que no progresan. En tiempos en donde el conocimiento es el capital más valioso de las sociedades y en un mundo competitivo y ávido de gente talentosa, tenemos que pensar cómo vamos a hacer para promocionar a los nuestros y para hacer de Paraguay un semillero de personas capacitadas. Y buscar la manera implica un compromiso personal con nosotros mismos y con los demás: para educar, incentivar, promover y exigir.

Mientras países poderosos como Estados Unidos están preocupados por recuperar a gente talentosa, para lo cual han salido a la “caza” de cerebros en América Latina, los países más necesitados parecen no comprender aun la urgencia de formar y recuperar a la gente preparada. Una excepción en América Latina es Chile, que ha decidido enviar a 6.500 de sus mejores cerebros -cada año- para que estudien diferentes ramas del conocimiento, específicamente en niveles de posgrado. Todo con el fin de formar cuadros de élite que se encarguen de la dirección del país en las próximas generaciones. Esto mismo hace Singapur desde hace varios años y hoy basa todo el bienestar de su gente en el conocimiento. Esta pequeña isla asiática ha decidido –para seguir su modelo de desarrollo- que tendrá a los mejores médicos expertos en enfermedades complejas del mundo. Para ello ha enviado a sus mejores médicos a especializarse en las mejores universidades del planeta, aprendiendo de los más destacados profesionales.

En un país pequeño como Paraguay, rico en recursos naturales, tenemos que trazar una política y una forma de comportamiento que nos lleven a valorar más y a potenciar más a nuestros talentos. Por un lado, se requiere de una política de Estado destinada a mejorar la educación, a invertir más en los niños y jóvenes, así como a fomentar una cultura de reconocimiento de las personas talentosas. Y por el otro lado, tenemos que pensar cómo hacer del país un lugar atractivo para evitar la fuga de nuestros cerebros y talentos, así como para recuperar a aquellos que tuvieron que irse en busca de las oportunidades que no supimos darles.

Como ciudadanos tenemos que asumir el compromiso de promover a los nuestros, de fomentar la educación y de valorar el talento de nuestra gente. Y además tenemos que hacer un esfuerzo para capacitarnos a pesar de las limitaciones, de forma tal que tengamos una proyección más clara de cómo construir un país mejor y de cuáles son los valores con los cuales construiremos una sociedad más justa. El poder y la convicción del ciudadano deben ser los que presionen a los gobiernos para que no sigan olvidando a la gente valiosa, así como deben ser los fundamentos de una actitud diferente hacia los talentos, para reconocerlos, promoverlos y potenciarlos.

Recuperar a nuestros talentos es hoy una necesidad imperiosa, ya que solo podremos salir del atraso si estamos guiados por los que saben y pueden.

Publicado en Ecos

jueves, 19 de noviembre de 2009

Entender lo global y lo local en la economía


Por Héctor Farina Ojeda (*)

En los últimos años, el concepto de globalización ha sido uno de los más difundidos en los medios de comunicación. Sin embargo, a menudo pareciera que no acabamos de entender cuáles son los efectos de una economía globalizada y qué es lo que podemos hacer desde nuestra situación local. Y entonces, muchas veces, no comprendemos por qué una crisis en un país ajeno termina afectando a nuestra ciudad, nuestra comunidad o nuestra economía familiar.

Si pensamos por qué estamos en crisis, tenemos que remontarnos a la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, a partir de la cual se generó una burbuja económica que explotó y derivó en una recesión en este país. Cuando su economía dejó de crecer y empezó a contraerse, los efectos alcanzaron a todo el mercado mundial. En el caso de México, los efectos se sintieron muy rápido en puntos estratégicos: la disminución de las exportaciones al mercado norteamericano (porque este bajó su consumo), la pérdida de empleos de mexicanos en ese país, lo que a su vez generó una caída de las remesas, es decir del dinero que envían los que trabajan en ese país y que constituye una de las cuatro principales fuentes de ingreso de México.

Igualmente, debido a la recesión en el vecino del norte también disminuyó el turismo, con lo que se afectó a otro de los principales rubros de ingreso. Si seguimos analizando, nos daremos cuenta de que como muchos países fueron fuertemente afectados por la crisis, disminuyeron su consumo de numerosos productos y esto afectó a varios rubros a nivel internacional. Otro aspecto que debe tomarse en cuenta es que en tiempos de crisis, las inversiones se retacean y es difícil atraerlas.

Ahora bien, si miramos lo local nos daremos cuenta de que se perdieron empleos, que las familias que recibían dinero de sus parientes en el extranjero empezaron a recibir menos o dejaron de hacerlo, que los comercios empezaron a disminuir su nivel de ventas y que muchas empresas se mantuvieron en la incertidumbre de si despedían gente o no. En lo local sentimos los efectos porque circula menos dinero, porque hay menos oportunidades de trabajo y porque la incertidumbre hace que la gente cuide más lo que compra, lo que invierte y lo que proyecta.

El problema que tenemos ahora es cómo solucionar un problema global desde nuestra posición local. El filósofo Zygmunt Bauman dice que justamente es muy difícil que encontremos una solución a los problemas de la globalización porque no hay un organismo que abarque aspectos globales sino que todos se ocupan de sus propios problemas locales.
Sin embargo, ayer el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, luego de cuestionar la mala preparación mexicana para enfrentar la crisis, nos habló de algo sobre lo que hemos venido insistiendo desde este espacio radial: necesitamos invertir más en educación, en ciencia y tecnología y en infraestructura.

Pero, en este campo, no solo debemos pensar en materia global o nacional, sino como una inversión de nuestra economía familiar y personal. Si aprendemos a usar mejor nuestros recursos, como por ejemplo los que percibimos por nuestro trabajo o por las remesas, podemos hacer que eso redunde en nuestro beneficio, para fortalecernos y estar mejor preparados cuando nos lleguen problemas externos. Desde nuestro espacio local podemos mejorar nuestra educación y la de nuestras familias, podemos exigir y promover la inversión en tecnología, así como reclamar a las autoridades que prioricen las inversiones en la infraestructura.

Si bien no tenemos el poder para evitar los golpes de la economía global, tenemos la capacidad necesaria para prepararnos y hacer que nuestra economía familiar y local sea más fuerte, sobre la base de tener más capacidad para producir, para crear oportunidades y para saber cómo aprovechar mejor lo que tenemos.

(*) Periodista. Master en Ciencias Sociales.
Comentario editorial del Noticiero de Radio UDG Ocotlán, Jalisco, México

domingo, 15 de noviembre de 2009

Entre recuperaciones y pronósticos


Por Héctor Farina Ojeda (*)

Al tema de los impuestos, que dominó gran parte de la agenda mediática en México, se sumaron otros dos temas dignos de análisis en el mundo económico: el primero de ellos, el fin de la recesión de la economía mexicana anunciado por el Gobierno, nos habla en forma esperanzadora de que se está saliendo de una de las crisis más graves de las últimas décadas. El segundo tema quizá no fue tan llamativo, pero deberíamos tomarlo como una seria advertencia para nuestro futuro: si no hacemos algo, la competitividad en América Latina será igual a la de África en unos 50 años, de acuerdo a lo establecido por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Esto nos coloca frente a dos escenarios: el de una recuperación de la economía, por un lado, y el de las proyecciones negativas para el futuro, por el otro lado. Si pensamos en el fin de la recesión anunciada por el Gobierno, tenemos que esto se debe a la recuperación de la economía de Estados Unidos, el principal socio comercial de México. Si bien el anuncio de que en el trimestre anterior hubo un crecimiento del 2.7% en la economía mexicana y se crearon 200 mil empleos es alentador, tenemos que pensar cómo se logrará que el crecimiento sea sostenido y se tengan las condiciones necesarias para no estar a merced de nuevos efectos negativos en los mercados internacionales.

Precisamente, es en este punto en donde impactan las declaraciones de la CEPAL sobre la competitividad en América Latina: "Yo creo que en Latinoamérica la tendencia futura, si miro a 50 años, es África", dijo en Bogotá la economista argentina de la CEPAL, Graciela Moguillansky. "Los países en Latinoamérica no están trabajando lo suficiente para ser competitivos: ¿Cuáles son los recursos que están poniendo para impulsar los nuevos sectores? (...) nada, no hay nada de eso en la región, por eso cada vez está peor", destacó la economista.

En otras palabras, nos están diciendo que producimos mal, que la calidad de lo que producimos irá disminuyendo y que nuestra capacidad no está siendo desarrollada como debiera. Estas declaraciones deberían hacernos reflexionar sobre qué es lo que no hemos hecho en todo este tiempo, para que hoy sigamos teniendo economías débiles, poco competitivas y que están quedando relegadas frente a las de otros países, como los asiáticos, que mejoran todos los días.

Dejar de pensar en lo inmediato y buscar una proyección para las siguientes generaciones, debería ser uno de los ejes rectores de cualquier economía. En América Latina somos ricos en recursos naturales, tenemos petróleo, gas, producción agrícola, ganado, minerales… pero si no tenemos la capacidad de explotar esa riqueza, seguiremos siendo pobres.

Para mejorar nuestra competitividad tenemos que mirar a los países que progresan e imitarlos: capacitar más a nuestra gente, invertir más en la formación profesional, promover la creación de empresas y sobre todo apuntar a la innovación en cuanto a lo que producimos. Debemos pensar estratégicamente en tener gente más preparada, que sepa producir de acuerdo a las necesidades de los tiempos actuales y que tenga la visión necesaria para hacer un sistema de oportunidades en el que seamos capaces de competir y de aprovechar cada ventaja que construimos.

(*) Periodista. Master en Ciencias Sociales.
Comentario editorial del Noticiero de Radio UDG Ocotlán, Jalisco, México.

La inversión en tecnología

Por Héctor Farina Ojeda (*)

La propuesta de aplicar un impuesto del 3% a las telecomunicaciones, sobre todo a Internet, nos plantea interrogantes que debemos responder para saber hacia dónde va México: ¿qué tanto invertimos en tecnología?¿Cómo se encuentra el país en cuanto a desarrollo tecnológico? y ¿qué estamos haciendo para mejorar nuestra competitividad en materia tecnológica?

Ciertamente, antes de enfrentar estas interrogantes, pareciera que tenemos que volver a una discusión que no debería darse: si se aplica impuestos a Internet o no. En un mundo globalizado en donde los países de mayor desarrollo tecnológico y acceso a la información son los que más progresan, parece un contrasentido intentar cobrar más por un servicio que debería tender a ser menos costoso para facilitar el acceso a más gente.

Mientras que en países como Estados Unidos, los países nórdicos, como Suecia y Noruega, y otros de un crecimiento económico sostenido como Singapur y Finlandia, el acceso a Internet es sumamente sencillo para toda la población, en México y en América Latina seguimos rezagados. Y ciertamente los países ricos invierten en tecnología y en las comunicaciones porque saben que en la era de la información y el conocimiento necesitan estar comunicados con el mundo y mantenerse a la vanguardia en la producción de conocimientos.

La inversión en tecnología no es un capricho: es una necesidad en los tiempos actuales que puede convertirse en un gran detonador del empleo, las inversiones y el crecimiento económico. Hace 15 años, Finlandia estaba en crisis: con el sistema financiero al borde de la quiebra, con el sector empresarial en la banca rota y con unas tasas de desempleo y pobreza realmente escandalosas. Su manera de corregir la situación fue duplicar su inversión en ciencia y tecnología: hoy en día cuentan con la empresa de telefonía celular más importante del mundo, desarrollada sobre la base de gente capacitada en las mejores universidades, y además poseen los índices de calidad de vida y desarrollo humano más elevados del planeta. Invertir en tecnología y aplicar los conocimientos, fueron la base para que hoy tengan un país más rico y menos injusto.

Pensar en mejorar nuestra tecnología y en invertir más en facilitar el acceso, es uno de los retos que hoy debe asumir México si quiere convertirse en un país de más desarrollo y más oportunidades para todos. No solo debemos descartar la idea de más impuestos a lo tecnológico, sino que debemos buscar la forma de captar más inversiones en este sector.

Un mecanismo que merece ser estudiado es el que usa Estados Unidos, en donde las empresas privadas pueden invertir en ciencia y tecnología y en las universidades en vez de pagar impuestos. Esto implica que los recursos van directamente a la educación y al desarrollo tecnológico. Universidades prestigiosas como Harvard se financian por medio de este mecanismo.

Necesitamos pensar en excepciones impositivas, es decir no cobrarle impuestos a aquellas empresas que invierten en la educación, la ciencia y la tecnología. Nuestro desafío pasa invertir más para mejorar la capacidad de producción y creación, de manera que podamos generar las oportunidades que el país necesita.

(*) Periodista. Master en Ciencias Sociales.
Comentario editorial del Noticiero de Radio UDG Ocotlán, Jalisco, México

lunes, 2 de noviembre de 2009

Aprovechar la oleada económica

Por Héctor Farina Ojeda (*)

El anuncio de que en el año 2010 la economía mexicana se recuperará y crecerá alrededor del 3%, impulsada por la recuperación de Estados Unidos que proyecta un crecimiento cercano al 2%, nos ubica frente a un escenario de bonanza que, sin embargo, no deja de presentar incertidumbres. Por un lado, tenemos que tras una fuerte caída de la economía, de los empleos y de las proyecciones a nivel país, debido a la crisis iniciada en el vecino del norte, hoy se anuncian signos alentadores en el principal motor económico mundial, lo que repercutiría de manera positiva en todo el mundo, especialmente en México, cuyo principal socio comercial es, precisamente, Estados Unidos.

Igualmente, la recuperación de los países asiáticos, sobre todo China, abre un camino interesante para América Latina, debido a que son grandes compradores de lo que producimos, como los productos agrícolas y mucha materia prima.

Sin embargo, el problema que debemos plantearnos es cómo aprovechar la coyuntura económica favorable para construir un modelo de desarrollo dinámico y estable, que no dependa solo de la situación de otros países o de las oleadas de la economía mundial. Algo que debemos aprender es que con un crecimiento moderado que se debe a factores externos no podremos asegurar más que una mejoría transitoria, que así como vino se irá.

El desafío que existe es aprovechar en lo posible el empuje de las grandes economías para construir mejores oportunidades internas. Esto implica aprender a invertir mejor los recursos del Estado y los recursos de cada uno. Por ejemplo, invertir en infraestructura, en carreteras, en tecnología y en educación es una buena forma de asegurar que las ganancias momentáneas de hoy se transformen en riqueza para las siguientes generaciones. Invertir en el conocimiento, para que podamos transformar nuestra forma de producir, así como la calidad de aquello que producimos, es fundamental para pasar de una economía que vende materia prima a una que puede procesar y vender productos ya elaborados.

Esto mismo deberíamos pensarlo en pequeña escala en nuestra economía familiar: invertir mejor lo que ganamos o lo que ahorramos, para poder sacarle el mayor provecho. Un ejemplo de esto lo podríamos ver en el caso de las remesas, que constituyen ingresos venidos desde fuera, y que si se aprovechan para mejorar la educación, para hacer nuevos proyectos o para impulsar una microempresa, pueden servir no solo para un momento sino para una proyección al futuro.

Si no aprendemos a invertir más en nosotros mismos, a construir proyectos con miras a la siguiente generación, y a buscar transformar una oportunidad en un sistema de oportunidades, seguiremos dependiendo de las mejorías ajenas para poder mejorar nosotros. Tenemos que construir sistemas económicos propios y dinámicos, sobre la base de invertir más en la capacitación de nuestra gente.

(*) Periodista. Master en Ciencias Sociales
Comentario editorial del Noticiero de Radio UDG Ocotlán, Jalisco, México.

viernes, 23 de octubre de 2009

El futuro del periodista está en la red

Alejandro Cabanillas (izq), James Breiner (centro) y Héctor Farina (der)

Coinciden expertos en periodismo en línea, en panel realizado en el CUCiénega

Las V Jornadas de Periodismo en el Centro Universitario de la Ciénega, comenzaron el martes 20 de octubre en el auditorio Mario Rivas Souza, las actividades iniciaron con el panel, “Periodismo en Línea en América Latina”, donde estuvieron presentes Héctor Farina, James Breiner y Alejandro Cabanillas.

El primer panelista fue Héctor Farina, quien cuenta con un doctorado en Ciencias Sociales, egresado de la Universidad de Guadalajara. Expuso un recuento histórico de la aparición del Periodismo en línea desde 1995 que llegó a México, con La Jornada, explicó las ventajas del periodismo en línea, la interactividad que este proporciona y el ser multimedia, que crea un medio hibrido al involucrar todos los géneros periodísticos. Una de las desventajas que dijo fue que esta línea del medio provoca “informar rápido y con menos calidad”, porque este medio es mucho más veloz y la información caduca rápidamente. Sin embargo, indicó que se debe realizar un periodismo más profundo e investigativo. Cerró su espacio con una interrogante: “¿Debemos pensar cómo vamos a hacer para adaptarnos al periodismo en línea?”. Dejó también una interrogante a la academia: ¿Cómo van a formar periodistas pensando en la nueva generación de gente que tenga que producir en línea?

Alejandro Cabanillas, jefe de Información del diario tapatío El Informador, el segundo ponente, propone un periodismo sin adjetivos y expresó que “los principales asesinos de los periódicos serán el Internet y el hecho de que los contenidos en medios impresos no son atractivos”. Hay una “transferencia de lectores a los medios digitales”, dijo Cabanillas, que cuenta la evolución del periódico El Informador al periódico en línea. En el año 2000 se lanzó el sitio en línea El Informador. Comentó que hay crisis en la caída de la publicidad. En un sondeo realizado a través de la red entre directores de periódicos, indica que el 44% estima que Internet será la plataforma de referencia para las noticias en el futuro, frente a 31% de prensa escrita. Concientizó sobre que “los estudiantes tienen un gran reto: aprender a contar historias”.

James Breiner, director del Centro de Periodismo Digital, afirmó que el “periodismo en línea es más democrático”. Esta vertiente del periodismo dará fin al monopolio, comentó que existen grandes ventajas para los nuevos periodistas, al poder crear tu propio medio de comunicación en medios en línea.

Los tres ponentes coincidieron en concientizar a los alumnos de formar e innovar un medio con más calidad, e involucrarnos al futuro mediante este medio, sin perder la guía de lo que es ser un periodista.

Ocotlán, Jalisco, México.
Texto: Sara Leos

Fuente: http://cuci.udg.mx/leerNoticia.php?id=373

martes, 20 de octubre de 2009

Las Quintas Jornadas de Periodismo inician de manera magistral eliminando el mito de la objetividad


Este 20 de octubre inició la quinta edición de las jornadas periodísticas, que desde hace cinco años se celebran en el Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), bajo el tema central “El Periodismo en Línea y sus Narrativas Noticiosas”.

En la inauguración el rector del CUCiénega, el doctor Raúl Medina Centeno invitó a los estudiantes de periodismo a eliminar el mito sobre la objetividad, ya que aseguró que nadie puede alcanzarla porque se trata únicamente de una interpretación de la realidad.

Por su parte el secretario académico del Centro Universitario de la Ciénega el doctor Armando Zacarías Castillo, ofreció la conferencia magistral denominada “Escenarios del Periodismo Contemporáneo en México” en la que enfatizó la importancia de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s) y el aumento del consumo y del uso que tienen en las empresas.

El académico destacó el valor del implemento de las TIC’s en la creación de las noticias, además resaltó la constante consulta de estas tecnologías por parte de la sociedad.

Por la tarde el panel “Periodismo en Línea en América Latina” desató el debate sobre la desaparición de los periódicos convencionales, los exponentes, Héctor Farina, profesor de la Universidad de Guadalajara, James Breiner director del Centro de Periodismo Digital y Alejandro Cabanillas jefe de información de El Informador, concluyeron que los periódicos digitales sustituirán a los periódicos de papel en un mediano plazo.

En los próximos días se espera la participación de periodistas de medios como Mural, Público y El Economista así como académicos de la Universidad de Guadalajara. Las Jornadas también incluirán la presentación de un blog y una revista en línea creada por egresados y estudiantes de la licenciatura en periodismo.

Por Víctor Muro

Fuente: Medios UDG Noticias Ocotlán