jueves, 23 de diciembre de 2010

El empleo y la caída de los salarios reales

Por Héctor Farina Ojeda

La generación de empleos sigue siendo el gran desafío para México, un país que viene recuperándose de una fuerte crisis económica que afectó a la mayor parte de la población. Pero hay que analizar la situación del empleo a la luz de otras variables fundamentales, como los niveles de salarios y el costo de vida.

En este sentido, el desempleo en México en el mes de noviembre fue de 5.28%, lo que representa una variación mínima con respecto al mismo mes del año pasado, cuando la tasa fue de 5.26% (en el caso del estado de Jalisco, el desempleo es de 5.68 este año, frente a 5.49% del año pasado).

De acuerdo a las cifras oficiales, se crearon cerca de un millón de empleos en 2010, pero esta cantidad es insuficiente para hacerle frente a la necesidad de empleos que tiene México, que es de 1.2 millones por año.

Igualmente, de este millón de empleos creados debemos restarle por lo menos 300 mil puestos que ya se perdieron, porque eran empleos temporales cuyos plazos fenecieron, de acuerdo a los datos de la Secretaría del Trabajo.

Hasta aquí tenemos que ha habido una recuperación del empleo en 2010, comparando con la mala situación de 2008 y 2009, pero esta generación de empleos es claramente insuficiente para hacerle frente a la demanda. Hoy, tenemos –oficialmente- 2.5 millones de personas sin trabajo, lo que representa la misma cifra que se tenía el año pasado.

Pero al problema del empleo, hay que sumarle la situación del salario: en los dos últimos años hubo una caída en el promedio de los salarios reales en México, de 2.6% en 2008 y de 5% en 2009, lo que representa 7.6% en los dos últimos años. Todo esto debido a la crisis económica global. En 2010 se estima un leve incremento del salario de 0.94%, pero que no alcanza para mejorar la condición real de los ingresos de los trabajadores.

La misma caída afectó también a los que menos perciben: los salarios mínimos reales disminuyeron 1.78% entre 2008 y 2009

Un dato fundamental para contextualizar la situación es que el poder de adquisitivo de las familias mexicanas se ha deteriorado en los últimos 30 años, debido al estancamiento económico, de acuerdo al Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Otro dato interesante sobre este punto es el proporcionado por un estudio del investigador Héctor Luis del Toro, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), de la Universidad de Guadalajara, que dice que el poder adquisitivo de los trabajadores en Jalisco cayó 37% en los últimos 4 años, debido a los malos salarios y al aumento de los precios de la canasta básica. Sólo en 2009, la pérdida del poder adquisitivo fue de 14%.

Por otro lado, en cuanto al nivel de precios de la canasta básica, tenemos que la inflación interanual en noviembre llegó a 4.32%, lo que representa un incremento frente al mes anterior, cuando la cifra estaba en 4.02%. Esto se debe al aumento del costo de la electricidad y algunos alimentos. Sin embargo, fuera de esta medición general hay productos que tuvieron una suba mayor, como el caso de la gasolina, que ronda el 10% de aumento.

Entonces, en este escenario tenemos que en lo que va del 2010 ha habido una generación interesante de empleos, pero que todavía no alcanza a cubrir las necesidades, y con el agravante de que los salarios reales no son buenos. Esto hace que la gente pueda conseguir alguna ocupación, pero no genere los ingresos suficientes para hacerle frente a las deudas generadas entre 2008 y 2009, cuando la economía estaba en plena crisis.

Igualmente, el aumento de los precios de los productos de la canasta básica y del costo de vida en general, crea la sensación de que no hay mejoría en la economía, porque pese a percibir un ingreso, cada vez se puede comprar menos con ese ingreso.

Por otro lado, los empleos tradicionales no son suficientes y los salarios no alcanzan. Esto nos impulsa a pensar en dos posibles soluciones: hay que mejorar la competitividad por el lado de las empresas, para que crezcan y puedan pagar mejor, ya que pretender un aumento salarial sin la mejoría de las empresas suena a irreal. Y, en segundo lugar, se debe mejorar la capacitación de la gente y tratar de generar emprendimientos propios para romper el cerco de la dependencia de los puestos mal remunerados.

Una urgencia es hacer crecer la economía para generar más empleos, pero este crecimiento debe venir de la mano de una mejora en la competitividad y de una mayor capacitación de las personas, para que no sólo se mejore en los grandes números, sino que la bonanza y las oportunidades lleguen al trabajador para que pueda ganar más y mejorar su poder adquisitivo.

Comentario económico realizado en el Noticiero de Red Radio Universidad de Guadalajara en Ocotlán, México.

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