jueves, 9 de septiembre de 2010

La generación “nini” y su impacto en la economía

Por Héctor Farina Ojeda

Ni estudian ni trabajan. Son los jóvenes conocidos como “nini” y que representan un síntoma claro del malestar que existe en la sociedad por la falta de suficientes oportunidades de educación y empleo. Y aunque se considere a los “nini” como un fenómeno reciente y haya muchos motivos que explican esta situación, podemos claramente ver algunos síntomas económicos y algunos efectos que se podrían dar con la generación de jóvenes que ni trabajan ni se preparan para hacerlo.

En México ya existe una polémica sobre cuántos son los jóvenes “nini”: mientras las cifras oficiales dicen que son 285 mil, el rector de la UNAM dice que en realidad son más de siete millones de mexicanos, lo que suena mucho más real. Y el dato que lo avala es que solo 18 de cada 100 jóvenes que empieza la primaria, egresa de la educación superior. Lo cierto es que esta situación nos habla no sólo de que no hay suficientes empleos, sino de que los malos salarios, las pocas oportunidades y la falta de planificación de la economía del país hacen que estemos ante un grupo de jóvenes que tiene una expectativa muy pobre en cuanto al futuro laboral.

Pero no solo se trata del presente, sino que el futuro de la economía está seriamente comprometido si no se hace algo para corregir esta situación. La generación “nini” puede tener un impacto negativo y muy fuerte en la economía: si tenemos jóvenes que no se capacitan y no desarrollan un perfil adecuado para el mercado laboral, el resultado en poco tiempo será una pérdida de la competitividad del país, ya que con gente sin preparación no se puede producir con la calidad que requiere el mercado para poder competir.

Si no se soluciona el problema de los “nini”, en diez años vamos a tener un país menos competitivo y con menos capacidad de generar oportunidades.

Si pensamos que las dos terceras partes de la riqueza que se produce en el mundo corresponde al sector de servicios, que se basa en el conocimiento, con la generación “nini” vamos totalmente en sentido contrario: no estamos formando la gente especializada que se va a necesitar para generar riqueza. Y por lo tanto, aunque se creen oportunidades en el mercado, estas no servirán de mucho para los “ninis”, porque nadie contrata a un empleado que no sirve para el empleo.

Es urgente planificar cómo generar las oportunidades para evitar tener una generación perdida, que hoy es de jóvenes pero en unos años será una generación de adultos sin capacidad de producir, de trabajar en el sector de servicios ni de innovar.

Esto podríamos llevarnos a un absurdo: que se generen empleos, que haya gente necesitada de trabajar, pero que la oferta de puestos de trabajo no pueda ser llenada con la gente desempleada. Un ejemplo es la industria microelectrónica: si necesita técnicos especializados, no contratará a personas sin instrucción, aunque haya miles de postulantes urgidos por el empleo.

Por un lado hay facilitar el acceso a la educación, en tanto se debe pensar en políticas que incentiven el empleo juvenil o el primer empleo. De la misma manera, los centros de formación y las empresas deben trabajar en conjunto para formar a la gente que necesitan los diferentes sectores económicos, así como para darle la oportunidad de desarrollarse en el mercado laboral.

Si no solucionamos el problema de la educación y el empleo de los jóvenes, en pocos años vamos a tener mucha gente no apta para manejar la economía, para generar oportunidades y para competir en un mundo globalizado. Y eso implica que la economía perderá competitividad y entrará en decadencia, perjudicando a todos.


Comentario económico realizado en el Noticiero de Red Radio Universidad de Guadalajara en Ocotlán, México.

1 comentario:

Viviana A. dijo...

Totalmente de acuerdo con el análisis, precisamente hoy me enfrentaba en una clase de economía internacional a la disyuntiva que esta ocasionando el sector servicios en México y la carencia de "generadores de conocimiento".
Excelente, felicidades!!