lunes, 22 de marzo de 2010

Situación económica y generación de oportunidades

Por Héctor Farina Ojeda
Periodista y profesor universitario. Doctorante en Ciencias Sociales.

La fuerte caída de la economía mexicana el año pasado afectó notablemente a la ciudadanía al reducir en forma drástica las oportunidades de empleo y desarrollo. La reducción del 6.5% del Producto Interno Bruto (PIB), es decir de la riqueza que produce el país, hizo que no solo se perdieran miles de empleos en sectores estratégicos, como el turismo y la industria, sino que generó una situación de incertidumbre sobre la capacidad de recuperación que se podría tener para este año.

En este contexto, tras haber tocado fondo en 2009, la economía mexicana hoy tiene perspectivas interesantes de recuperación: se pronostica un crecimiento del 4%, debido sobre todo al mejoramiento de la situación de Estados Unidos, con lo que se espera que se generen unos 275 mil puestos de empleo. Sin embargo, esta última cifra es muy inferior a la que se requiere para atender las necesidades de la ciudadanía, ya que se necesitan más de un millón de empleos al año para generar oportunidades para los desempleados y para los jóvenes que se van incorporando al mercado laboral. Esto nos coloca ante varios problemas: ¿cómo aprovechar el repunte económico para crear más oportunidades? ¿Cómo crear nuestras propias oportunidades en un contexto limitado por una recuperación leve y hasta incierta?

En primer lugar debemos pensar que con las proyecciones de crecimiento se logra recuperar la confianza que se tiene en el país. Esto implica que las inversiones pueden volver a fluir, que los consumidores se sentirán más confiados para comprar y con ello se dinamizará el comercio, con los consecuentes beneficios de la distribución de la riqueza en diversos sectores. No obstante, este movimiento será todavía moderado porque tras la crisis todo se mueve con cautela.

Ahora bien, para aprovechar la coyuntura y generar más oportunidades se debe pensar en facilitar las inversiones que promocionen el empleo, reducir los trámites burocráticos para la inversión y establecer mecanismos de incentivo para la creación de microempresas. En el caso de Jalisco, se puede aprovechar el enorme potencial turístico para crear redes que involucren a las pequeñas ciudades y a los pequeños sectores comerciales y de servicio, de manera que la gente se integre al circuito por donde corre la riqueza. Igualmente, algo que debe cuidarse es el ingreso: lo que se gane debe ser invertido con conciencia en la educación, en la promoción de empresas familiares y en actividades que puedan garantizar una pronta recuperación de lo que se invierte, para que cada uno pueda generar sus propias oportunidades.

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