Por Héctor Farina
Desde Guadalajara, Jalisco, México
Somos el producto de lo que construimos, de lo que hacemos. Nuestra actitud, nuestro comportamiento y nuestra forma de trabajar son los que determinan lo que merecemos, lo que nos corresponde como el fruto de nuestro esfuerzo. En ese sentido, puesto que los pueblos, las sociedades y las naciones son el resultado de lo que hace su gente, la pregunta que deberíamos plantearnos los paraguayos es qué estamos construyendo ¿Qué es lo que estamos haciendo como ciudadanos para tener un país mejor, para dejar atrás una historia de pobreza y corrupción, de atraso y falta de oportunidades? ¿Cómo asumimos nuestra responsabilidad de construir algo diferente y sustentable en el tiempo, para sentar las bases de un nuevo país y no seguir dejando todo en manos de gobiernos que no han querido o no han sabido construir aquello que necesitamos?
Los paraguayos hemos logrado este año un hecho histórico: derrocar, por medio del voto, a un partido político que tenía 61 años en el poder y que aspiraba a continuar rigiendo el destino de la nación. Hemos dado así el paso inicial para cambiar un modelo de país y romper con una forma de gobernar que no trajo más que corrupción y desigualdad. Pero el cambio en los sistemas democráticos no se agota en el voto o en la administración del poder por parte de autoridades diferentes, sino que debe consolidarse mediante un proceso de construcción constante en el que cada uno de los ciudadanos tiene una tarea que cumplir.
Lo que el país necesita es rectificar radicalmente el rumbo que seguimos en las últimas seis décadas, y empezar a trazar un nuevo camino que nos lleve a ser una nación próspera y en crecimiento permanente. Y para aspirar a un nuevo destino, no podemos mantener la pereza o la indiferencia de antaño y seguir dejando todo en manos del ogro filantrópico, el Estado. El Gobierno de Fernando Lugo no será capaz de legarnos algo diferente si los ciudadanos seguimos con la misma actitud cansina que se tuvo durante los gobiernos colorados. De nada sirve cambiar de gobierno si nuestra forma de hacer no cambia, si seguimos cometiendo los mismos errores y subordinando nuestras vidas a los mismos vicios, como el conformismo, la apatía o el desinterés hacia temas fundamentales como la educación.
Si no empezamos a construir ya una ciudadanía más entusiasta, más crítica y participativa, el fervor del cambio de gobierno se irá apagando y volveremos a ser acosados por los mismos fantasmas: desesperanza, frustración, caos y sensación de impotencia y de que “así nomás luego tiene que ser”. Necesitamos ciudadanos más conscientes de sus responsabilidades y del papel que les toca desempeñar dentro de una sociedad que urge la colaboración de todos. Y esa conciencia que hace falta solo la conseguiremos si mejoramos nuestra educación, si hacemos que nuestra gente valga más, si invertimos más en ella y le damos la oportunidad de hacer más y mejor.
Para consolidar un cambio verdadero en el Paraguay necesitamos hacer cosas diferentes con visión de futuro y no sólo dejar que los gobiernos calafateen el maltrecho barco para que resista durante un lustro en la administración. Si las autoridades quieren dejar un país mejor deben invertir más en la gente, que al fin y al cabo es la que construirá y decidirá el destino que tomaremos. Si el Gobierno de Lugo no invierte más en la educación y por lo menos duplica la actual inversión, al final dejará el mismo país con ciudadanos con escasa preparación y a merced de los corruptos, populistas y autoritarios. Si se acaba el entusiasmo y no se consolida una ciudadanía con mayores conocimientos, de nada servirá que se haya contenido la corrupción por un tiempo, porque seguirá existiendo terreno fértil para los avivados y los ladrones, en tanto la gente seguirá careciendo del capital más valioso de los tiempos modernos: el conocimiento.
No podemos desaprovechar la histórica oportunidad que tenemos para rectificar: tenemos que exigir que el Gobierno construya más y que forme ciudadanos más preparados, al mismo tiempo que todos asumimos la tarea de ser más responsables, más entusiastas y más comprometidos con las necesidades del país.
www.vivaparaguay.com
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